
Durante estas semanas de confinamiento, nos hemos visto obligados a ser muy creativos para poder llenar tantas y tan largas horas en casa. Hemos hecho pan, nos hemos impuesto realizar ejercicio, hemos ordenado los armarios, hemos emprendido nuevos hobbies y hemos llenado la casa de manualidades que han hecho los más pequeños. Pero sin duda hemos pasado gran parte del tiempo frente a una pantalla.
En concreto, hay estudios que alertan que en tiempos de coronavirus los niños han estado expuestos a televisores, ordenadores, tabletas y móviles hasta un 50 por ciento más que antes del confinamiento. Y esto ha puesto en alerta a las familias, que se preguntan de qué forma se puede hacer un buen uso de estas tecnologías. Y la respuesta no es sencilla, pues dependerá de las características de cada familia y de cada integrante de esta, así como de la propia naturaleza de las tecnologías: pueden ser nocivas y llegar a crear una adicción si se hace un mal uso de ellas, pero también tienen múltiples beneficios. En el artículo de hoy os ofrecemos algunas recomendaciones en este sentido.
Recomendaciones de uso de las pantallas
La primera recomendación es encontrar el justo medio, es decir, no posicionarnos en los extremos. Ni prohibición sin matices ni libre albedrío. Y quizá una solución sea la elaboración de un horario de uso de pantallas en el que participen todos los miembros de la familia, con el fin de que ninguno de ellos se sienta excluido y por lo tanto vea el horario como algo ajeno a él y no lo respete. Asimismo, puede ser una buena idea establecer también horas sin pantallas, y aprovecharlos para que la familia lleve a cabo actividades de muy diverso tipo. Por ejemplo, las horas de la comida, las tareas de casa, realizar ejercicio físico o actividades de ocio.
Es también imprescindible encontrar momentos de relax sin pantallas en los que se compartan los sentimientos que se están viviendo durante la cuarentena, así como los proyectos que se tienen para cuando todo acabe, lo que reforzará aún más los vínculos establecidos entre los miembros de la familia y que estos sientan que forman parte de un grupo.
Otra de las propuestas que pensamos que son eficaces para un buen uso de la tecnología es disfrutar de esta en familia. Por ejemplo, ver una serie que guste a todos los miembros, realizar videoconferencias en grupo con otros familiares que no se encuentren en casa, o jugar a algún juego en familia. Esto también nos ayudará a conectar con los gustos de los otros, es decir, a conocerlos más.
Por último, y quizá lo más importante, es dar buen ejemplo: si nuestros hijos nos ven todo el día enganchados a las pantallas, después resultará difícil exigirles que no lo hagan ellos, pues nuestra autoridad se habrá esfumado de un plumazo.