
La seguridad. ¿Insomnio o cambios en el sueño durante el confinamiento? Consciente o inconscientemente casi todos hemos sentido estrés psicológico ya sea por la incertidumbre, el miedo o alguna de las emociones derivadas del coronavirus.
Como si de la mejor medicina se tratara, el apoyo emocional de muchos psicólogos ha servido para generar repuestas adaptativas sobre todo en aquellas personas que han estado expuestas a estados de salud delicados, a sus familiares, al personal sanitario o a aquellos que ya tenían problemas psicológicos previos al coronavirus.
Pero la sociedad también está afectada emocionalmente porque sufre económicamente, y esto es lo que a muchos nos quita el sueño. Según Abraham Maslow la segunda necesidad básica del ser humano es la seguridad. La seguridad física, de empleo, de recursos, moral, familiar, de salud y de la propiedad privada. Ahora mismo nos encontramos en crisis de seguridad, como para no quitar el sueño.
Llegada la desescalada ha llegado la hora de encontrar respuestas adaptativas para afrontar la fase de convivencia con el virus, algo a lo que algunos de nosotros puede que no estemos preparados (por falta de información y de seguridad), y que si no lo hacemos bien nos jugamos demasiado.
De igual modo que tuvimos que crear nuevos hábitos de pensamiento y de comportamiento para el confinamiento, también deberemos hacerlo durante todas las fases de la desescalada o fases de convivencia con el virus. Cada casa es un mundo y cada cual tiene una percepción distinta de la seguridad, pero todos tenemos la capacidad de crear escenarios mentales para generarla. Confort.
Todo psicólogo te diría que el miedo es una respuesta normal en estas circunstancias, pero también debería darte herramientas para no deambular en aquellos pensamientos negativos recurrentes que son como un túnel sin salida y alimentan al miedo. En estos casos la gente te dice que seas positivo y optimista, pero como psicóloga no me pagan por ser solamente positiva y optimista, que también.
Ante este riesgo emocional que la situación de inseguridad ocasiona, me resultan interesantes algunas estratagemas que no forman parte de la lógica racional y que violan el sentido común justamente para crear seguridad emocional. Si la solución no te la dan desde fuera observa bien el problema desde dentro, puede que no lo estes resolviendo por el estrés psicológico que te ocasiona. Estas estratagemas nos llevan a poder ver las cosas desde otra perspectiva teniendo exactamente la misma realidad. Puedes planteártelas en orden o no.
Apagar el fuego echando más leña. El significado literal es añadir mucha leña al fuego para sofocarlo en vez de dejar de ponerle para que ese se apagara como te diría el sentido común. La traducción es que no evites lo que sientes, las propias emociones te sanarán, aunque sean intensas. Según la filosofía taoísta el Yin saturado se transforma en Yan, y viceversa. Según Hipócrates “lo similar cura lo similar”.
Tu peor fantasía. Esta estratagema consiste en aumentar el miedo de forma voluntaria exagerando e imaginando aquello que podría pasar para así amortiguarlo mentalmente. Dependiendo de la intensidad deberás hacerlo con el seguimiento de un especialista. Es una paradoja, pero funciona ya que aparecen nuevos escenarios y nos hace revalorar el presente. También si nos ponemos en el peor de los casos estaremos preparados para posibles soluciones. No intentes controlar el miedo para no tener más, usa esa energía para crear.
El escenario más allá del problema. Esta estratagema es para proyectar la situación una vez resuelta y preguntarnos qué diferencia habría, cómo cambiaria mi comportamiento y qué haría el resto. De este modo no nos estamos preguntando qué objetivo queremos alcanzar, pero encontraríamos la respuesta, encontraríamos una estrategia más funcional para resolver el problema por haber ignorado prejuicios y creencias funcionales enfocadas al pasado.
Estas estratagemas no existen para no tener pensamientos negativos sino para dedicarle fuerzas y tiempo a lo verdaderamente importante.
Ante esta crisis de inseguridad, echándole leña al fuego, creando peores fantasías y escenarios más allá del problema me he dado cuenta que en ciudades como Barcelona ojalá pudiéramos vivir con menos. Si viviéramos con menos necesitaríamos menos, y por necesitar menos valoraríamos más lo que tenemos y nuestra manera de vivir. Puede que esté virus esté acelerando este proceso.
Salud para todos.
Barcelona, 14 de mayo del 2020.