Colorín colorado… las vacaciones han terminado. Qué rápido pasan y como se disfrutan, pero ya de vuelta a Barcelona. No se si a vosotros os habrá ocurrido (espero que si), pero yo dejé de saber que día era, el tiempo pasaba rápido pero despacio a la vez sin saber que hora era y tampoco sin importarme demasiado. El tiempo no se detiene, simplemente le prestamos más atención al presente y no hacemos o pensamos tantas cosas al mismo tiempo.

Los psicólogos le llamamos mindfulness cuando le prestamos atención plena al momento, a los pensamientos, a las emociones, a las sensaciones corporales y a lo que nos rodea sin juzgar. Psicólogos o no, todos podríamos reconocer este estado mientras estamos de vacaciones (o no) aunque no sea tan concentrado en un momento concreto por ser una sensación más bien generalizada, progresiva y que llega por sorpresa sin forzar. Cuando todo fluye y parece que nada sea tan grave ni tan determinante, esto.

¿No es verdad que cuando empezamos vacaciones nos cuesta “conectar” con lo que estamos haciendo por no estar desconectados aun del trabajo (o de lo que no estamos haciendo)? ¿Y que mientras van pasando los días el móvil, el tiempo y las preocupaciones van ocupando otra posición o más bien otro significado por brotar pensamientos y sensaciones más presentes que muchas veces se quedan ahí por no movilizar su intención? ¿Espejismo o realidad?

Un espejismo es una imagen, representación o realidad engañosa e ilusoria, pero la realidad muchas veces es aquello que nuestro estrés o ritmo frenético no nos permite ver de nosotros mismos. Nuestro bienestar y necesidades no son materiales (sino decidme porque en verano hacemos una maleta gigante de la cual no usamos ni la mitad de las cosas), somos ricos y felices si vivimos conectados a nosotros mismos. Si no escuchas no llenas, y no estiy hablando de la maleta.

Septiembre llegó y toca deshacer la maleta y poner orden. Estoy segura que habremos dejado algunas cosas que nos llevamos y habremos puesto de nuevas, y aun así, la maleta puede que pese menos.

Reflexión: adaptar este necesitar poco y estar presente a la realidad cotidiana. El plan es eliminar todos aquellos obstáculos que nos restan energía por tener la cabeza en el más allá o de lo que no depende de nosotros, y elevar a un plano superior aquellas prioridades que por fugaces que sean nos llenan de energía para funcionar en el presente o en el futuro próximo. A futuro próximo me refiero a lo largo del día o a alguna cosa importante no más allá de una semana vista. A veces no llego a más y me gusta.  El resto de cosas importantes deben tener un espacio tiempo para ser consideradas y no descuidadas, de este modo no cansaremos ni nuestro día a día ni nuestra cabeza con ellas.

El “orden” sirve para poder vivir en la propia espontaneidad y sobrevivir en la de los demás. Sabernos adaptar al momento presente sin sobredosis de información es un regalo para nuestra salud, es como estar de vacaciones pero trabajando el propio equilibrio. ¿Para qué? Esta respuesta la encontrarás cuando lo logres, igualito que cuando logras “ser” de vacaciones. Porque igual que no es lo mismo viajar que hacer turismo, no es lo mismo vivir conscientes o no. Aprendemos de lo que experimentamos y experimentamos lo que aprendemos.

Pero claro, hasta ahí solo hemos hablado de la relación que tenemos con nuestro tiempo y del valor que le damos. Habrá que pensar en el contenido que lo llena o nos haría feliz que lo llenara. Valor.

Este verano en uno de esos momentos espejismo mi mejor amiga me dijo, “Laura valora lo que tienes”, y ostras no era por falta de agradecimiento porque hubiera sido muy injusta. Lo que sucedía no era nada más que una inadaptación.  Justo era al inicio de las vacaciones y tenia la cabeza encasquillada en el trabajo y en lo que podría ser en septiembre en vez de flotar plena y literalmente en medio del mediterráneo. Estaba en el pasado y en el futuro, me faltaba atención plena en el momento presente.

Sandra tenia razón, el valorar lo que tienes desde el aquí y el ahora te permite dejar de sobredimensionar por expandir la mente en el momento presente. ¿Que tontería verdad? Pues prueba a hacerlo de manera consciente cada fin de semana y serás más feliz con lo que tienes y tomarás mejores decisiones seguro. Digo cada fin de semana, pero si puedes dedicarte unos minutos cada día genial, solo depende de ti. Cada uno a su manera y cada loco con su tema. Mi manera es el deporte, en Barcelona o donde sea y de vacaciones o no, y cuando hay más tiempo la naturaleza, a veces sola y a veces no.

El qué son aquellas prioridades que elevamos a un nivel superior, el cómo aquello que nos ayuda a conectar con nosotros mismos sea de vacaciones o no, y el para qué está muy claro: aprendre a vivir conscientes y cosechar salud mientras caminamos hacia nuestros propósitos.

Al final de las vacaciones muchas veces lo único que ha cambiado es la perspectiva por haver canviado tu de estado, porque teniendo la misma realidad la representación es más pausada e incluso más definida. Pensando así nos damos cuenta que a veces estamos súper cerca de algunos de nuestros logros y que muchos de ellos no tienen nada que ver ni con lo material ni dependen tanto de los demás. Unos requieren esfuerzo y dedicación (que solo depende de ti), otros mucho amor (que solo depende de ti), y otros paciencia (que también depende de ti).

Detrás de todo solo hay actitud, una actitud que determina todo el resto, una actitud que manipula lo que atraes, lo que creas y lo que haces que suceda.

Colorín colorado…¡septiembre ha llegado!

error

Disfruta de este blog.Pasa la voz:)