¿Alguna vez has vivido un problema que te parecía “lo peor que podía pasar” y, con el tiempo, te has dado cuenta de que, en realidad, no era para tanto? Muchas veces, los seres humanos tendemos a magnificar la importancia de nuestros problemas.
Sin embargo, hay quienes han aprendido a relativizar las situaciones y darse cuenta de que no siempre lo malo es tan malo como parece. En este artículo, quiero hablarte de la relativización y de cómo puede ayudarte a vivir mejor y más tranquilo.
¿Qué es relativizar?
Cuando pasamos por una situación difícil, como es lógico, vemos las circunstancias desde un punto de vista totalmente subjetivo. Esto significa que el problema será tan grande o tan pequeño como nosotros decidamos. Después de todo, si la misma situación le ocurriese a otra persona, probablemente no haría un mundo de ella.
Relativizar significa ver las situaciones desde la perspectiva adecuada. Pensar que, probablemente, ese horror por el que estamos pasando no es para tanto, si lo comparamos con otras cosas realmente importantes.
Pero, ¿cómo se consigue relativizar un problema en el momento en que se necesita, es decir, cuando está ocurriendo? Veamos.
1. Piensa en qué consejo le darías a alguien que pasa por esa situación
Puede que te haya dejado tu pareja y pienses que es el fin del mundo, que tu vida ha terminado. Pero, si lo piensas fríamente, quizás lo veas desde otro punto de vista.
¿Qué consejo le darías a un amigo a quien le acaba de dejar su pareja? Probablemente sería que se calme, que el mundo no termina ahí y que, con el tiempo, volverá a sentirse bien, ¿verdad?
2. Piensa en la importancia de ese problema en relación con la salud
Cuando pasamos por periodos en los que estamos enfermos y nos encontramos realmente mal, muchas cosas dejan de tener importancia. Imagínate que estás enfermo y piensa si, en esas circunstancias, el problema que estás viviendo sería tan grave.
3. ¿Qué es lo peor que podría pasar?
Si estás pasando por un problema que te parece muy grave y que no puedes solucionar porque no cuentas con las herramientas necesarias, puede que te sientas muy agobiado. Si es así, lo mejor que puedes hacer es preguntarte cuáles serían las consecuencias reales de ese problema. ¿Qué es lo peor que podría pasar si no consigues arreglarlo?
Puede que te sorprenda darte cuenta de que el resultado no sería tan negativo como te estabas imaginando y que, en realidad, podrías vivir con ello perfectamente.
4. ¿Qué es esto comparado con…?
En ocasiones, pasamos por un problema económico y se nos nubla la perspectiva. Creemos que esto es lo peor que nos podría pasar. O que es tan grave que probablemente no podamos superarlo.
Pero, ¿qué es eso que te está pasando en comparación con… la muerte de un ser querido, sufrir un grave accidente, no tener que comer, o sufrir una grave enfermedad?
Pensar en los problemas desde una perspectiva más apropiada te ayudará a superarlos. No solamente porque te agobias mucho menos, sino porque una mente bien enfocada será mucho más capaz de encontrar las soluciones oportunas