
Nutritaniarismo sí, no hay faltas de ortografía. Aunque parta de la idea de que “somos lo que comemos”, la nutrición va mucho más allá. La nutrición es placer, es diversión, es amor, es sensualidad, es compartir, es creatividad, es crecimiento, es desconexión, es fluidez mental, es energía y vitalidad, es sentirse pleno, es tener hambre, es digerir, etc., en definitiva, nutrirse es vivir.
Al tópico «eres lo que comes» le sumo el «eres de lo que te nutres» y el «eres como te nutres». Numerosos estudios indican que el intestino es nuestro segundo cerebro, y que su salud tiene una estrecha relación con el bienestar físico, mental y emocional. Mirad si es estrecha que el 90% de la serotonina (la hormona del bienestar) la producimos en el intestino, y el 70% de nuestro sistema inmunológico también reside allí. ¿Importante cuidarlo no? Pero hay más.
Hace un mes fui a una boda en la que compartí mesa con alguien que en realidad no conozco de nada pero me gusta cómo piensa. Hablando de nuestra profesión y compartiendo anécdotas me dijo…”Laura, todo está en el pensamiento, el sufrimiento es la diferencia entre lo que pensamos de la realidad y la realidad por sí misma”. Es tan simple como cuestionarnos porque si dos personas se exponen a una misma situación una la vive mejor que la otra. A esa gran verdad no pude evitar añadirle que hay una relación tremenda entre la calidad de nuestros pensamientos y la calidad de nuestra nutrición, y que con nutrición no me refería únicamente a la comida, aunque también. Voy a explicarme…
El cuerpo está acostumbrado a lo que tú le das. ¿Comida rápida, prisas, poco descanso, estrés emocional, sedentarismo, azúcar, cafés medicinas y suplementos? o ¿comida de verdad, des-canso, ejercicio, claridad mental y energía vital? Es una obviedad que el cuerpo necesita nutrirse de alimentos físicos, pero para estar sano no basta con la comida, debes nutrirlo de relaciones sociales sanas, de ejercicio físico, de una carrera profesional plena, y de espiritualidad.
¿Cuántas veces al salir del trabajo, al llegar a casa, por la noche después de cenar, el fin de semana, etc., te ha apetecido comer dulces sin parar? ¿Os dáis cuenta que estos momentos son tiempo para “nutrirelacionarse” con los demás? ¿De que tenéis hambre? La soledad es uno de los males más frecuentes de nuestra sociedad, igual que las pantallas y las relaciones sociales tóxicas (ya sea con tu pareja, tu familia, tus amigos, tus hijos, tus compañeros de trabajo, etc.). Incrementa la dosis de compartir cuando se pueda, de ser amable cuando llegues a casa y de estar en el presente, y rebaja la dosis de móvil, de televisor y de tonterías múltiples que no tienen importancia. Como nuestra naturaleza indica somos seres biopsicosociales por lo que relacionarnos también es una necesidad vital. ¡Nu-tri-re-la-ci-o-na-te!
La deseabidiad social es un factor que en mayor o menor grado nos afecta a todos. Todos queremos sentirnos queridos y aceptados por los demás, pero primero debemos agradarnos a nosotros mismos. El grado de superficialidad varía pero, ¿creo que todos queremos estar guapos por dentro y por fuera no? Así lo venden pero esto no va por separado. El ejercicio físico fortalece nuestros músculos y mejora nuestro aspecto, pero también regula nuestro apetito, nuestro descanso y nos aporta claridad y calidad mental entre otras cosas. En definitiva, el ejercicio físico, aparte de cuidar nuestra imagen, nutre nuestro centro de equilibrio. ¡Mué-ve-te!
¿Cuántos de vosotros os váis a la cama pensando en cómo mejorar algo? Darle sentido a nuestros quehaceres diarios y a nuestra carrera profesional también forma parte de nuestra naturaleza, se le llama evolucionar. Por pequeño que sea cada paso que hagas será grande si para ti tiene sentido, y tener hambre de más y estar saciado de sentido es una combinación perfecta. A veces te puede agotar, pero la sensación de avanzar, de sentirte realizado y del equilibrio que te da (aunque no cada día por igual) debe compensar. Acepta que cada día no puedes dar de ti el mismo 100% (y que los demás tampoco), rebaja las autoexigencias y no te olvides del resto. Dale sentido a lo que haces, ¡dá-se-lo!
Y con espiritualidad me refiero a todo aquello que te proporciona paz e integridad, allí o aque-llo que te hace sentir libre, niño, puro, donde estás tú y te dejas llevar, donde te sientes cómo-do y donde se para el tiempo sin darte ni cuenta. Si aún no lo has encontrado escucha sin fil-tros ni prisa lo que te sienta bien de tu alrrededor, es más fácil que buscarlo o crearlo por obli-gación. Sino también puedes volver atrás, a cuando eras más niño. Recuerda que te gustaba o que se te daba bien, y sin juzgar lo que la sociedad piense sobre ello o lo que está reconocido o no a tu alrededor, ¡hazlo todo lo que puedas! ¡Haz-lo!
Y finalmente la comida, ¡la comida es poderosa! ¡Es gasolina! Lo que comemos y la relación que tenemos con la comida en gran parte determina todo lo que pensamos, sentimos y hace-mos. Somos la máquina más perfecta que existe, pero dependiendo de la gasolina que le pon-gamos y como la pongamos funcionará mejor o peor. No debes comer menos, solo debes co-mer bien. Recuerda, cuando tu cuerpo tiene hambre quiere vitaminas, no calorías. No comer no está bien. Come comida de verdad. Las dietas no funcionan, descubrir qué te sienta bien y qué no sí. Escucha lo que el cuerpo te pide, no a tus antojos. A todos no nos va bien lo mismo. No te pongas a dieta, solo come inteligente. Comer helados, pasteles y caprichos de vez en cuando es inteligente porque te hace feliz. Las prohibiciones no son buena idea. Si educas tu intestino, tu paladar será más listo. ¡Dis-fru-ta-lo!
Todo esto me lleva a cuestionarme porque hay tanta gente inteligente que no se cuida de for-ma inteligente. Creo que cualquiera de nosotros puede contestar rápidamente a estas pregun-tas: ¿Te sientes cansado con frecuencia? ¿Tienes apetito? Con ello también me refiero al se-xual. ¿Duermes profundamente? ¿Qué tres cosas podrías hacer para mejorar tu salud? ¿Quie-res apostar por el futuro de tu salud y la de los que te rodean? ¿Quieres buscar lo mejor de ti? Solo si quieres lo harás.
El instinto de supervivencia nos proporciona una fuerza imparable ante cualquier peligro, ¡despierta! ¡La desnutrición lo es! Solo depende de ti, pero has de querer ser flexible y salir de lo ya conocido para poder comprobarlo. Pensar que puedes vivir mejor a corto y a largo plazo es la razón que le da sentido a todo. Nutre tu mente, tu cuerpo y tu espíritu de alimentos de verdad, vive de verdad. VIVE SANO, VIVE MEJOR, RINDE MEJOR. ¡Nutricuidate!
DIET IS A WAY OF LIVING NOT A WAY OF EATING.
Laura Servós