Vivimos unos tiempos inciertos. A raíz de la pandemia por coronavirus, la mayor parte de la población ha tenido que confinarse de manera obligada, algo, el confinamiento, que aquellas personas que sufren o han sufrido agorafobia habrán vivido de una forma un tanto distinta que la mayoría. Y es que este trastorno y su síntoma asociado más recurrente, la ansiedad, se encuentran en el quinto lugar de los más recurrentes en las consultas psicoterapéuticas. Una cifra que según auguran algunos expertos puede incrementarse tras el desconfinamiento.

La agorafobia se define como el miedo a los espacios abiertos, a alejarse del lugar en el que el paciente considera como seguro. Así, el individuo afectado se ve incapaz de realizar tareas tan sencillas como ir a comprar, con lo que esto supone de limitación a su libertad.

Cómo tratar la agorafobia

Como adelantábamos, la ansiedad es la expresión más recurrente de la agorafobia, así como de otros trastornos relacionados. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) se trata de la patología que más está aumentando en los últimos años, junto con la depresión, y el coste de su tratamiento es de los más elevados de la economía mundial: nada menos que un billón de dólares anuales.

Una de las consecuencias de la agorafobia, los ataques de ansiedad, se produce debido a una respuesta exagerada de nuestra mente al peligro, respuesta que ha contribuido de una manera decisiva a la supervivencia del ser humano. Se trata de aquella emoción —el miedo— que nos avisa de que algo puede dañarnos y por lo tanto nos prepara para el ataque o la huida. Sin embargo, a partir de cierto nivel el miedo se vuelve en nuestra contra —es decir, se patologiza—, y nos invalida para poder seguir con nuestra vida. Así, como un pez que se muerde la cola, las personas agorafóbicas acaban sufriendo un ataque de pánico precisamente porque temen tener un ataque de pánico, o sea, desarrollan miedo a sentir miedo.

Son muchas las terapias que se han propuesto para el tratamiento de la agorafobia, y, aunque se han logrado grandes avances, no ha sido hasta hace relativamente poco que se ha desarrollado una estrategia con un alto índice de éxito: hasta un 88 por ciento en el caso de ataques de pánico relacionados con este trastorno. Se trata de la terapia breve estratégica —creada y desarrollada por el psicoterapeuta Giorgio Nardone—, un programa de pocas sesiones (de siete a diez), en el que el terapeuta lleva a cabo diversas técnicas que pretenden que el paciente afronte la situación fóbica y le plante cara. A lo largo de la terapia el miedo acaba por desbloquearse, a lo que sigue la consolidación y por fin la superación de la fobia.

Con la vista puesta en la desescalada del confinamiento debido a la pandemia de la COVID-19, todos debemos estar preparados emocionalmente para esta nueva adaptación. Desde nuestra consulta, estaremos encantados de poder ayudar a quien lo necesite, así que no dudes en ponerte en contacto con nosotros.

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