La pandemia del coronavirus llegó a nuestras vidas a principios del año pasado y pocos pensábamos que todavía estaríamos hablando de ella a estas alturas de 2021.
Sin embargo, y aunque hay momentos de mayor alivio, la pandemia continúa y cada vez son más los estragos que se van notando en la sociedad, tanto a nivel económico como, sobre todo y el que más nos interesa en este blog, psicológico.
La pandemia no solamente ha traído consigo millones de contagios de una enfermedad potencialmente mortal. También ha supuesto una crisis de soledad para muchísimas personas, desde los más jóvenes a los más mayores.
¿Continuará esta sensación de soledad más allá de la pandemia? ¿Cómo ha afectado hasta ahora? Hablemos un poco sobre esto en el artículo de hoy.
Los jóvenes entre los más afectados por la soledad
Aunque se podría pensar que los más afectados por la soledad han sido los mayores, debido a que no solamente han estado solos sino que no están tan habituados al uso de las novedades tecnológicas, esto no ha sido así.
Mientras que los mayores han sido los más afectados por la enfermedad, al menos hasta que comenzaron a administrarse las vacunas, los jóvenes han sido los más afectados a nivel psicológico por la soledad.
Aumento de la necesidad de ir al psicólogo
Según la Organización Mundial de la Salud en abril del año pasado, la pandemia iba a duplicar el número de personas que iban a sufrir de problemas psicológicos.
Factores como el duelo de perder a los seres queridos, el hecho de no poder despedirnos de ellos, el aislamiento social y la crisis económica han sido algunos de los que han determinado que esto se convierta en un hecho.
Pero, sin lugar a dudas, la soledad ha tenido un papel fundamental en esta realidad.
Las personas han necesitado más ayuda psicológica desde que comenzó la pandemia y esto se ve reflejado en un dato: a principios del verano pasado, los psicólogos se encontraban dando citas para septiembre.
El verano es una época del año en que las consultas psicológicas disminuyen bastante. Sin embargo, esto no ocurrió el año pasado debido a la soledad producida por la pandemia.
Las redes no son suficiente
La soledad producida por el aislamiento social de la pandemia ha puesto de manifiesto una realidad: el contacto personal directo y presencial es el único que realmente satisface por completo la necesidad social.
Las llamadas telefónicas, videoconferencias, mensajes de texto y saber de nuestros amigos y familiares mediante los medios electrónicos es una manera de salvar esta realidad durante un tiempo.
Pero este efecto no dura demasiado.
Si tenemos en cuenta que el colectivo más afectado psicológicamente por la pandemia también es el más habituado al uso de las tecnologías, es decir, los jóvenes, queda claro que las redes y el contacto telemático no es suficiente.
La soledad ha sido uno de los mayores golpes que nos ha propinado la pandemia. ¿Y tú? ¿Te sientes solo? Si es así, recuerda que la ayuda de una psicóloga puede ayudarte a llevar mejor esta temporada difícil.