De manera natural, los seres humanos necesitamos periodos de descanso. Para eso, hemos sido equipados con la capacidad de dormir y “resetearnos” durante la noche.
Esta capacidad nos permite afrontar el día siguiente con un entusiasmo renovado, y seguir adelante con nuestras actividades sin desfallecer por el camino.
Pero, ¿qué hay de los periodos de vacaciones? ¿son biológicamente necesarios? Y, más importante aún, ¿qué importancia tienen en nuestra salud mental? ¿y cómo debemos llevarlas a cabo para que sean realmente efectivas?
Las vacaciones son una necesidad psicosocial
Las vacaciones no son necesarias para el correcto funcionamiento de nuestro organismo ni de nuestra mente, biológicamente hablando, como sí lo son los periodos de sueño diarios. De hecho, fueron inventadas hace poco menos de un siglo.
Entonces, ¿por qué a veces sentimos que las necesitamos?
La sociedad competitiva en la que vivimos está muy enfocada en que seamos productivos en todo momento. De ahí que existan jornadas laborales de 8 horas al día.
Esta necesidad de tener que ser productivos todo el tiempo nos lleva a experimentar un problema: el estrés. Y, cuando el estrés aparece, la productividad decae.
Porque, si bien, un poco de presión es muy positiva para obtener resultados mejores y más rápidos, el estrés sostenido al que nos solemos ver sometidos en la vida laboral desemboca en desánimo y baja productividad.
Por eso, necesitamos periodos de descanso para relajarnos tras varios meses de estrés constante. Vaciarnos de ese agobio nos permite recuperar nuestra paz mental y reconectar con nosotros mismos.
De ahí que, aunque las vacaciones no sean una necesidad biológica, se hayan convertido en una gran necesidad psicosocial.
¿Cómo hacer que las vacaciones sean más efectivas?
Durante las vacaciones, pasamos un periodo en el que escapamos de nuestra rutina. Y, para que sean realmente efectivas y nos proporcionen un descanso real, necesitamos tener en cuenta algunos puntos.
Tener presente el objetivo: descansar
Para que las vacaciones sirvan como una temporada de descanso, no debemos olvidar su cometido.
Y es que, si comenzamos a llenar nuestras vacaciones de tareas pendientes, terminaremos más estresados de lo que estábamos en el trabajo.
Esto es especialmente aplicable cuando estemos de viaje durante nuestras vacaciones. Debemos recordar que visitar una mayor cantidad de sitios no tiene por qué significar haber hecho un viaje de más calidad.
Permitirnos improvisar
Durante la vida cotidiana, es habitual que no podamos improvisar, mayormente por la falta de tiempo. Las rutinas nos absorben tanto que, la mayoría de las veces, no hay margen para hacer cosas nuevas.
Pero las vacaciones son un tiempo perfecto para darnos la oportunidad de improvisar.
Se suele decir que los mejores días suelen ser aquellos que surgieron de manera improvisada, sin demasiada preparación y, por lo tanto, sin expectativas. Adaptarnos a las necesidades de cada momento nos permitirá disfrutar mucho más de las vacaciones.
Actividad estimulante
Aunque lo único que nos apetezca durante el periodo de vacaciones sea tumbarnos en el sofá y ver la tele hasta la vuelta al trabajo, esta no es la mejor opción.
Es mucho mejor que ocupemos parte del tiempo en realizar actividades que nos estimulen.
De esa manera, podremos aprovechar la “desconexión” que hace nuestra mente de las tareas del trabajo, para darle rienda suelta a nuestro magín y que surjan nuevas ideas.