Nombre masculino

  1. Especial capacidad intelectual o aptitud que una persona tiene para aprender las cosas con facilidad o para desarrollar con mucha habilidad una actividad.

¿Cuántas veces te has comparado por los resultados? ¿Cuántas veces te has valorado por ello? La primera pregunta en realidad da igual (aunque sean cosas de niños pequeños) pero la segunda no. Los psicólogos estamos cansados de ver cómo esto maltrata la autovalia y autoestima de muchos.

Digo que es de niños pequeños, aunque nos pase a los adultos, porque los niños hasta que no empiezan a madurar su autoestima proviene de “¿cómo te ha ido el examen o le trabajo? Un 7” o de “¿cómo te ha ido el partido? Hemos ganado”.  Esto cambia de los 12 a los 14 años aproximadamente. Resultados y más resultados, la sociedad de los resultados llena de niños adultos y adultos niños.

He elegido este tema porque esta semana en la consulta de Barcelona, después de casi tres años de llevarla como deportista profesional, he visto este cambio en una niña que por lo visto ya no es tan niña. El caso es que tiene talento, pero cuando falla no sabe remontarse a la frustración y lo hecha todo a perder, y cuando digo todo es todo. Tiene el discurso interiorizado de que tiene talento pero su significado de talento le hace pagar un precio demasiado alto. Empecemos por el principio.

Le pregunté ¿qué es talento para ti?, y contestó “tener facilidad” y allí se quedó su discurso, en nada. Tener facilidad o talento lleva inmerso poder fallar, y por supuesto poder enfadarse cuando ocurre, pero si tú tienes talento y lo quieres usar debes responsabilizarte de remontar el error para poderlo usar de nuevo, debes pagar el precio entero o sino por no usarlo dejarás de tenerlo.

Y no es broma, si tú te vas a un campeonato después de haber entrenado muy bien dura te unas semanas, puedes ir a competir. Por el contrario, si no has podido o no has entrenado lo suficiente debes ir solo a disfrutar. De eso va pagar el precio entero o responsabilizarse. Si fallas por no haber entrenado no hagas un drama de ello, entiende. Si fallas e ibas preparado, después del fallo sigues estando preparado. ¡¡¡Despierta!!!!

Y esto sucede con todo, con las relaciones personales, el trabajo, la familia, la salud, tu estilo de vida, tus hobbies y  tus objetivos. Todo es un baile de dedicación, esfuerzo y talento que si va en equilibrio puede con todo y todo parece ser más fácil por ser tuyo el resultado, por poder usar tu talento como persona, padre, pareja, amigo, etc.

El resultado del significado que le das a las cosas determinan tu autoestima, y si, esta es la que permite que tu talento salga a flote.

Dale valor a “poder saber querer demostrar” tu talento y no a tenerlo, porque si lo tienes y no lo usas no sirve para nada.

¿Cuántas veces te ha pasado esto? Pues valórate por tu dedicación, esfuerzo y talento ya que los resultados tan solo son la consecuencia de ello y lo que haga el otro ni nos suma ni nos resta, si a caso te alegra.

Poca coña con este tema, tu autoestima es lo más poderoso que tienes para conseguir aquello que te propongas dando igual quien hace más o quien hace menos. La cuestión es sentirse bien con lo que uno hace y como lo hace, y así cada día. Talento es conseguir esto.

🙂

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