La fuerza de la naturaleza.

Esta semana ha sido distinta, el temporal me ha hecho observar mejor diversos temas que a menudo pasan desapercibidos.  A veces a los psicólogos nos da por reflexionar sobre aquello que al mismo tiempo les está sucediendo a muchos. Y da igual en qué área de la vida porque no se trata de dividirla por áreas sino que eres uno.

Tú en casa, tú en el trabajo, tú con tu pareja, tú con tus hijos, tú con tus amigos, tú contigo mismo y tú en el mundo. La felicidad o el buen rollo en un área se transmite a las demás en efecto dominó, pero el mal rollo y los problemas también si no sabemos cómo manejarlos.  Ignorar o intentar controlar un área no funciona porque acaba afectando a todas las demás. Así pues, un cambio en alguna área puede resultar una transformación íntegra para ti.

Me ha dado por comparar el súper temporal con el comportamiento humano. El temporal que hemos pasado no ha sido una catástrofe natural, la catástrofe es la increíble inconsciencia o ignorancia humana frente la naturaleza. Si no quieres que haya destrozos no invadas el espacio del mar, si no quieres que los embalses se desborden e inunden pueblos piensa bien como construirlos (aunque son muy útiles), si no quieres que haya tanta basura reduce, y así muchas más. Si lo piensas pasa igual con las personas, no dejamos de ser naturaleza, y si dudas de cómo funcionar vuelve al más básico comportamiento y encontrarás la respuesta.

Esta semana volvía de Barcelona y las carreteras iban vacías, todos (o casi todos) nos quedamos en casa observando por la ventana, mirando las noticias y algunos con queja. Las redes sociales iban llenas de queja. ¿Has reflexionado si tu comportamiento hacia el medioambiente (o respecto lo que sea) es suficientemente respetuoso con tus valores en vez de quejarte tanto y colgarlo en las redes sociales?

Consciencia. ¿Y si todos le dedicáramos el mismo tiempo que le dedicamos a las redes sociales a ayudar socialmente? El mundo pide ayuda y no nos damos cuenta que vamos demasiado acelerados y en el sentido opuesto. El panorama social es responsabilidad de todos. Sentarnos a ver el telenoticias no sirve de nada.

Ligado con esto comentó algo que no lo oigo todos los días. Esta semana una paciente (a última hora cuando estas ya saturado del día) me dijo, “Laura, ademas quiero saber qué he venido a hacer en este mundo”. Brutal. Todos deberíamos llegar a esa pregunta, tanto a nivel personal como profesional.

Otra cosa que me ha hecho reflexionar es que actualmente tres personas cercanas están en plena transformación profesional y/o personal por darse cuenta que le estaban fallando a las necesidades más inherentes del ser humano, estar bien y bien conectado con ellos mismos y no tanto a las redes sociales. No sabemos el peligro que hay detrás hasta que uno no se siente ridículo. Comportamiento, pensamiento, sentimiento todo interconectado y donde a veces el orden no altera el producto. Es fuerte pero en toda y cada una de estas transformaciones hay factor redes sociales. Gracias a esto yo le hago menos uso.

La sobreestimulación, algo que también me hace pensar en modo mamá. Los niños son víctimas de lo que los adultos consideramos normal en un hogar. Mamás, papás, abuelas, abuelos, canguros digitales y luego muchos TDAH porque no se concentran. Psicólogos tomad conciencia de la realidad, a los adultos también nos pasa lo mismo pero le ponemos la etiqueta de estrés. El estrés tecnológico y de ruido perturba la tranquilidad de los sistemas cardiovasculares, endocrino e inmune, y la incapacidad de poder enfrentarse a dicha sobreestimulación, es la que puede provocar reacciones de estrés adversas. Ojo lo que eliges vivir.

Imagina un niño inquieto, ¿quéle darías para calmarle?¿ Juguetes con sonidos y luces? ¿Televisión, mbl o tablet? ¿Mil juguetes en frente de él? ¿Salir al aire libre y que le de el aire? No son los adultos los que pagan para ir a retiros a meditar donde no hay estímulos y dejan sus móviles apagados? Reduce.

La fuerza de la naturaleza, nuestra fuerza. 

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