Esta semana podría decir que ha sido extremadamente emocional para muchos, no se si también os habéis dado cuenta o os habrá pasado a vosotros. Muchas alegrías y sorpresas a nivel personal, tensiones e imposiciones innecesarias y gratuitas a nivel familiar, enfados repentinos y chispas a nivel laboral, movilización por parte de muchos pacientes, hiper expresión en las redes sociales, silencios repentinos, etc. Cambios en la atmósfera.
Puede que esto ocurra siempre, y no se si otros psicólogos coincidirán conmigo o no, pero percibo que hay momentos en los que el tono emocional global es más bajo o más alto de golpe y porrazo. ¿La luna? ¿El tiempo? ¿Menos horas de sol? ¿se acerca la Navidad? No lo se, pero es en estos momentos en los que tenemos la gran suerte de darnos cuenta que perder la conexión con nosotros mismos solo depende de nosotros, de lo que elegimos, nos acompañe mejor o peor nuestro entorno. Que no te engañen.
¿Y porque digo nuestro entorno? Pues porque es demasiado importante como para no darle importancia, pero no la responsabilidad de lo que nos ocurre o dejamos que nos ocurra. Si os habéis dado cuenta el buen rollo se pega, y el mal rollo también. Entre parejas, entre amigos, entre familiares, entre compañeros de trabajo, etc., en realidad todo son relaciones y el tono emocional existe en ellas, se pega pero también se elige. Esto no significa que no podamos tener un día no tan bueno como el resto, pero que no sea por lo que haya hecho el otro sino porque me he permitido un poco a mi mismo.
Esta semana un paciente me preguntó: ¿Y cómo puedo saber yo si es la mujer de mi vida? Y yo le contesté: estar bien en una relación es fácil pero estar muy bien solo depende de uno mismo. Digo fácil porque es fácil casarse, que el trabajo funcione y te tenga atrapado de lunes a viernes, un hijo, dos hijos, el trabajo sigue rodando de lunes a viernes, y han pasado diez años, y si, va bien. ¿Pero que significa bien? Sostener esto en el tiempo es fácil, estar muy bien tu mismo en pareja durante diez años depende solamente de ti, no de la rueda que te puede hacer rodar diez años más. Espero haberme explicado. La crisis de los cuarenta.
Supongo que estaréis esperando el cómo estar muy bien. Pues simplemente no perdiendo la conexión contigo mismo, dándote cuenta que solo de ti depende el significado que le das a lo que esta sucediendo para construir con sentido. Si lo haces hacia el lado constructivo los de tu alrededor también construirán. Os suena la frase “aléjate de las personas tóxicas”, pues aquí te diría que no fueras tú una persona tóxica, ni para ti mismo ni para los demás. Como psicólogos intentamos proteger a nuestros pacientes, pero es mejor responsabilizarlos. El poder no está en evitar sino en aceptar y afrontar.
Afrontar. ¿Como afrontar las presiones externas y gratuitas? Yo estoy aprendiendo a que no me afecten o a no reaccionar ante ellas, no son mías. Como psicóloga diría que se me la teoría, como persona que la estoy poniendo en practica. Pues así toda la vida, intentando no perder la conexión conmigo misma e intentando no alimentar aquello que realmente me hace reaccionar más que actuar y que me aleja de quien soy. Los silencios también hablan, pero no depende de nosotros que los demás escuchen. La razón y la culpa están vacías, equivocarnos y aprender no. Pero claro, todo esto no significa no podamos enfadarnos o equivocarnos.
Pero claro, no siempre podemos callar, a veces uno tiene ganas de decir, pero ojo cómo lo hacemos. La inteligencia emocional es la base de la comunicación cuando pretendemos actuar en base a una reacción emocional “razonada”. Aquí estoy hablando un poco de cuando mis pacientes deciden afrontar y necesitan comunicar. Me preguntan: ¿Qué hago, se lo digo o no? Y yo contesto: ¿Cómo te vas a sentir más a gusto contigo mismo? Si lo haces hazlo bien, y no solo para quedarte a gusto sino para quedarte verdaderamente en paz, avanzar y no tener que entrar en bucles. Y si la otra persona te entiende y contesta con el mismo código de actuar y no de reaccionar, avanzar juntos. Ojo con los ritmos, debemos respetarlos.
Esta semana mientas finalizaba una de las sesiones mi móvil recibió un watts app que anulaba la cita que empezaba en ese preciso instante. Como era la última visita del día decidí alargar un poco la sesión que tenia en marcha, pero le pedí al paciente que me diera cinco minutos para gestionar lo del móvil. Lo que hice fue contestar con el protocolo: si no acudes a una cita y no la cancelas con 24h de antelación (sino es que has tenido una urgencia) debes abonar el 100% de la sesión, y a continuación intentar cuadrar otra hora que le fuera bien. recibí rebote y falta de respeto. Mi cara no engañaba aunque yo en silencio. Acabé con el móvil y la persona que tenia enfrente me preguntó: ¿te has enfadado? Pues si. ¿Ah pero yo puedo enfadarme? Claro, mientras esto no te afecte a ti mismo ni a los de tu alrededor, es trabajo. Era el director de una clínica que había pedido la baja por ansiedad. Tomarse las cosas profesionales a nivel personal es un gran error, responsabilizarse del trabajo un acierto.
Que sencillo verdad, pues ojalá todo el mundo se responsabilizara de sus asuntos y no los rebotara hacia fuera. Imaginaros una Barcelona emocionalmente inteligente donde en sus calles, en sus casas y en oficinas las personas reaccionaran menos y se responsabilizaran más. Esto no es pedirle peras al olmo, esto es básico.
En el fondo la emoción es pura conexión, mejor saberla gestionar porque si no puede explosionar hacia dentro y hacia fuera, o peor, se puede apagar. Como psicólogos supongo que estamos muy curtidos de ver los problemas o equivocaciones de los demás cuando se perjudican a ellos mismos, pero realmente son esos los momentos en los que podemos dejar muy claro quien somos, y no a los demás sino a nosotros mismos. Seria como un cordón umbilical entre corazón y razón que nos hace sentir tranquilos con nosotros mismos nos guste o no lo que sucede o lo que nos rodea.
Te equivoques o no al final tomaras una buena decisión, pero no sin conexión.