¿Nuestro objetivo en la vida debería ser el de vivir 100 años o el de vivir lo más sano posible desde el momento presente?¿Calidad versus cantidad verdad? Pues algo no estamos haciendo del todo bien porque mientras “estamos sanos” vivimos sometidos a lograr resultados en vez de en disfrutar del camino hacia su consecución, y cuando enfermamos o nos sucede algo de golpe es cuando nos damos cuenta de que los resultados son solo una consecuencia.
Hago esta reflexión tras haber leído un articulo que homenajeaba algunas de las bondades de la cultura japonesa, y sin querer (como todo psicólogo, supongo) las he comparado con las de la cultura occidental. El artículo destacaba el abismo de responsabilidad referente a la salud entre el estrés laboral desfasado que llevan y las alabanzas en otros aspectos referentes a su estilo de vida. Pero, ¿cuál es la realidad que hoy en día estamos viviendo nosotros? ¿O la que percibimos los psicólogos o Health Coach en Barcelona? Muchos casos de estrés, ansiedad, alergias, diabetes, obesidad, problemas basculares, intestinales, cáncer, etc., y antes de lo “común”. Porque lo que estamos soportando no es normal aunque pensemos que no pasa nada. No estamos hechos para esto.
No me gusta generalizar porque, poco a poco y sea por la razón que sea, cada vez aprendemos a vivir mejor pero el resumen es el siguiente: trabajamos mucho, dormimos poco, comemos rápido y demasiado, a veces con ansiedad y cualquier cosa y corremos más para llegar al gimnasio que no lo que corremos dentro de él. Ah, y tomamos más medicación de la necesaria. Esta realidad es totalmente opuesta a los principios que el articulo intentaba trasmitir. Decía así…
¿Por qué los japoneses viven tanto y enferman tan poco? Los principios son los del articulo pero le puse de mi cosecha.
- No comer hasta saciarte (80%) ya que fuerzas tu sistema digestivo y este envejece antes, y probablemente por no darle alimentos de verdad lo inflamamos y se vuelve permeable, por lo que tendremos hambre más a menudo y notaremos falta de energía por no absorber bien los nutrientes.
- Comer despacio y masticar bien, llamado aquí en occidente “eatfullness”. Pero no solo se trata de masticar despacio para que el estomago trabaje menos y se sacie más, sino que se trata de tener un espacio/tiempo adecuado para comer. Siéntate y disfrútalo. Cocinar sin estrés también es una terapia antiestrés.
- Menos calorías. Pero eso no significa comer productos light vacíos de nutrientes, ya que las sustancias sucedáneas a los azucares y grasas descompensan nuestro cuerpo hormonalmente, y si por ejemplo nuestro objetivo es bajar de peso lo dificultan. Bajar calorías ya es suficiente no comiendo más de la cuenta y saciarnos al 80%. Sin grasa no adelgazamos porque no funciona el sistema que hace que nuestras reservas transiten. Opta por las inteligentes.
- Hidratos de asimilación lenta (complejos) y poca carne. Verduras en cada plato, dos o tres frutas al día, cereales no refinados (nada de color blanco lleno de azúcar y vacío de nutrientes) y más proteína vegetal o pescado que carne. La carne hoy en día también nos descompensa hormonalmente ya que la calidad no siempre es la deseada. Además su grasa es saturada mientras que la del pescado y grasas vegetales no. Lo mismo digo de los hidratos de carbono complejos (no blancos), estos no se almacenan en forma de grasa ni destrozan las paredes de nuestros intestinos por potenciar la función de nuestros intestinos y darnos energía duradera. ¿El embutido cuenta como carne? Peor. El único que se libra es el jamón de calidad, igual que la carne de cerdo magra, su grasa no es saturada pero hay que comerlo ocasionalmente.
- Comer alimentos de temporada. Comer lo que la naturaleza nos da es no alterar nuestra propia naturaleza, pero deberíamos empezar por comer solo alimentos que nos proporciona la naturaleza. Las galletas no nos las da la naturaleza. No podemos desaparecer del sistema pero si crear el nuestro: come todo aquello que reconociera tu abuela, y si no lo reconociera que no contenga más de cinco ingredientes en la lista y que los entiendas todos. Buena suerte.
- Comer tradicional. No te líes mezclando mil alimentos en un mismo plato, pónselo fácil a tu estomago e intestinos y también a tu cabeza. Compra fácil, cocina fácil, vive fácil. No cuesta tato tiempo hacer algo a la plancha, al vapor, al horno o una ensalada, calentar la comida precocinada también requiere tiempo. No es ser vago, es ser listo. Unos alimentos te dan años de vida y otros te los quitan. Decide.
- Que la dieta no sea un factor de estrés. Comer bien no es ni comer poco ni pasar hambre, además las dietas estrictas tienen efecto rebote y de tantas premisas que nos dan nos cansamos en dos días. Más vale ir aprendiendo sin estrés pero con convicción. Ah, y la salud también es felicidad, por lo que de tu 100% de la dieta diaria o semanal que un 10% sea de disfrute. Recuerda que dieta es aquello que comemos de forma cotidiana, no una restricción cotidiana. Mente sana in corpore sano.
- Hábitos saludables. Un avión no cae por una sola variable, por lo que debemos ser coherentes de manera integral. Si vas al gimnasio también debes estar dispuesto a subir escaleras y caminar, para comer sano rimero debes comprar sano, para dormir bien debes tener unas rutinas más o menos fijas, si quieres respirar bien educa tu respiración, etc. Tal y como dijo Aristóteles, “el aire es tu alimento y tu medicamento”. Practicas como el Tai Chi, Qi Gong, Yoga o Pilates deberían formar parte de nuestra dieta. Educar el respirar con el diafragma debería ser obligatorio en la escuela.
El barómetro de tu salud no esta en toda la información que nos bombardea desde fuera, esta en tu mente y empieza por haber decidido querer llegar a un lugar donde te encontraras mejor, no por sentir culpa por no haberlo hecho anteriormente o por sentirte presionado por el entorno. Porque el barómetro correcto de la felicidad es la salud.
Me dejaba un principio…
- Se amable con los demás pero sobretodo contigo mismo. 🙂