Ayer, como todas las mañanas que puedo, me dediqué ese momento en el que me importa un pepino todo el resto mientras desayuno y me leo el periódico. Ese momento no es importante por el hecho de leerme el periódico o desayunar, sino por ser un tiempo que me dedico a estar tranquila, y lo mejor de todo, casi todos los días.

Puede que algunos ya sepáis por donde me encamino con el artículo, psicólogos o no todos nos cuestionamos lo rápido que pasa el tiempo, la de cosas que hacemos a la vez o a lo largo del día, el tiempo que nos falta, valoramos el fin de semana, las vacaciones, el tiempo compartido, el tiempo solos, en fin, valoramos el tiempo.

Pues ayer, en ese momento periódico desayuno, encontré algo absolutamente maravilloso: La semana de 4 días es posible. No me ha llamado la atención por ser psicóloga, sino porque son absolutamente obvias las necesidades que tenemos las personas que vivimos o trabajamos en una ciudad como Barcelona.

El hecho es que sí que es posible, pero siendo flexibles para no descuidar ni las necesidades de cada negocio  ni las de sus trabajadores, pudiendo elegir qué día librar o hacer menos horas durante 5 días mientras trabajen las 32h establecidas, 4 días laborales.  Este cambio de cultura laboral es complejo, pero con tecnología y compromiso es posible.

Me baso en esta noticia, una empresa de Nueva Zelanda prueba con éxito la reducción horaria con el mismo sueldo. Una nueva organización horaria de cuatro días sin incremento de horario por jornada y con un salario completo de cinco días a la semana.

Todo eso surgió de la importancia de la productividad, de los bajos niveles que se registran en a mayoría de las empresas y de la importancia del equilibrio entre la vida personal y laboral, pero en el fondo toda esta exigencia que nos requiere el sistema va más allá de el dinero y el tiempo, influye directamente a nuestra salud tanto física como mental, o ambas. Pero claro que cuando nos preguntan como estamos la respuesta es un: “vamos haciendo”. Ni es la mejor respuesta ni es la respuesta que querríamos dar.

Los psicólogos estamos hartos de ver como el sistema nos genera una presión y una carga monumental de problemas añadidos por seguir el ritmo escalofriante que a veces o no sabemos o no queremos gestionar mejor.  A veces podemos tener temporadas fuertes de trabajo o la vida nos exige que estemos a nuestro 1000%, pero sabemos que así no podemos estar toda la vida. ¿Que sucede? Que nos acostumbramos y lo vemos como normal, y ese normal es vivir y dormir estresados, desconectados de nosotros y del resto, liderazgos menos efectivos, descenso de motivación, de compromiso y menor empoderamiento tanto para trabajar con éxito como para vivir pletóricos.

Y todo esto no solo pasa a nivel laboral, como andaba diciendo al principio, aquello que hacemos cada día y como nos relacionamos con los demás, con nuestro tiempo, nuestras necesidades y nuestro sentido de autorrealización es lo que nos define el cómo vivimos y el cómo nos tratamos.

Los resultados en nueva Zelanda indicaron que con 4 días más intensos (o no) el trabajo que se había de realizar no tubo ninguna bajada, el estrés mejoro notablemente, el compromiso con la empresa y el clima laboral también, y estoy convencida que todo esto también interfirió positivamente en forma de bola de nieve al entorno personal de aquellas personas que participaron en esa prueba piloto.

Los psicólogos o Health Coach, ya sea en Barcelona o en cualquier parte del mundo, parece que siempre estemos apagando fuegos pero en realidad muchas veces lo que hacemos es construir imperios de salud, por interferir en los “no puedo” invitándote a  los “quiero hacerlo”. ¿En base a qué? Pues en base a las necesidades básicas que tenemos como ser humano, comer inteligente, dormir bien, relacionarnossano, movernos y reconocernos para desarrollarnos y autorealizarnos.

¿Dónde queda todo esto en una jornada laboral de 8 horas (mínimo) cinco días a la semana? Queda en tu responsabilidad, no hace falta que debas apagar un fuego para poder vivir sano, vivir mejor y rendir mejor. Y con esta frase me dirijo a cada uno de vosotros pero también a los responsables que desean liderar empresas o negocios de una manera responsable y sostenible tanto económica como humanamente.

Ya se que parece que esto esté a años luz de aquí por no depender de nosotros (igual que la reforma horaria), pues empieza por lo que si depende de ti. Reconoce lo que necesitas (si llevas mucho tiempo si ello no es tan fácil, hasta te habrás creído que no lo necesitas) y reorganiza priorizando, es mejor que acostumbrarse y ver como tú, tu entorno, tu empresa y tus trabajadores seguís en la cultura del “voy haciendo” en vez de la del “voy viviendo”.

Quiero seguir viviendo momentos de periódico desayuno con noticias como esta, pero sobretodo quiero que todo el mundo se fabrique los suyos, casi todos los días.

Vive sano, vive mejor, rinde mejor.

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