Este articulo nació de una cena en la que mi cuñado compartía la historia de una mujer maltratada que expuso su caso, una de muchas, pero no todas lo hacen. Como psicóloga no me sorprendió que esta mujer sintiera culpa y vergüenza por ser maltratada, porque por desgracia es lo habitual. Como mujer me molestó que las cosas sean así, porque son así.

Hoy en día nuestra sociedad carece de libertad, aunque se farde de democracia, de derechos y de igualdad. Sino ¿porqué no luchamos por nuestros derechos?, ¿porqué lo dejamos de hacer?, o ¿porqué hay tanta gente a la que le cuesta decir que no o que no se atreve a expresar lo que piensa o siente? ¿Culpa? ¿Vergüenza? ¿Educación? La gran mayoría de psicólogos te dirían que las falsas creencias y los pensamientos llevan a enfermar a las personas. Enfermar me refiero a somatizar, a no ser felices y hasta a crear enfermedades. Sálvese quien pueda.

En esta misma cena se habló del poder de la meditación como medio de sanación, donde la gran mayoría entendían la meditación como una práctica estática la cual sirve para vaciar y calmar la mente. Desde mi punto de vista, y supongo que la del resto de psicólogos, la meditación puede ser cualquier práctica que te aproxime a despejar tu psique de todo aquel ruido que no permite que te escuches a ti mismo. Es totalmente instintivo, igual que sanear nuestra mente y/o cuerpo de dolor o de malas sensaciones. ¿Hemos perdido el instinto o nos han domesticado?, porque de verdad, hay gente que no se da cuenta.

Meditar o esta práctica de la que hablábamos puede ser estática (respirando en silencio, en la naturaleza, con una vela, guiada, con música, mantras, rezando, etc.) o dinámica (realizando una actividad o deporte que focalice tu atención en una sola cosa). Ojalá todos los psicólogos prescribieran encontrar la de cada uno, menos ansiedades y depresiones medicadas.

Pero todo esto no es tan fácil, porque ¿de qué sirve ponerse en silencio frente a una vela si por dentro hay creencias o estructuras mentales que propician malos vicios psíquicos como pensar de forma negativa, intentar controlarlo todo o no tener en cuenta la libertad de los demás? Aquí falta voluntad de consciencia, ya que las personas tenemos un desconocimiento muy profundo de nosotros mismos, y esto nos aleja del propósito de nuestras vidas, de los demás y nos enferma. No sé deciros cuales son las tasas de ansiedad y depresión de Barcelona, pero en la consulta estos dos temas son los que nunca caducan.

Por eso la principal ayuda consiste en ayudar y aceptar las necesidades y rescatar la intuición, pero los consejos carecen de sentido si no guardan una estrecha relación de la historia de cada persoba.

Por lo tanto, no se trata de anestesiar lo que nos sucede sino aproximarnos a ello, meditando o expresando de la manera que a cada uno le apetezca o pueda, ya que solo aproximándonos encontraremos la liberación de todo aquello que no nos deja amar, compartir o vivir libremente sin tapujos. Pensamientos y emociones son impulsos motores, por lo que tener consciencia de ellos es salud, ya que si conectamos la coherencia cardíaca a la coherencia cerebral entramos en un mayor bienestar y claridad mental.

Si acogiéramos hábitos que nos llevaran más allá de lo aprendido, nos mantuviéramos alejados de todos esos pensamientos o emociones que nos paralizan y nos tratáramos mejor por sernos fieles a nosotros mismos, lo que viviríamos no será un pálido reflejo de lo que somos sino que amaríamos mucho mejor por darle otro sentido a la vida.

Y si logramos vivir conectados a nosotros mismos (que no significa que todo lo que sintamos o pensemos sea felicidad) modificaremos nuestra manera de vivir y nuestra manera de sanarnos, ya que un cambio a ese nivel se ve reflejado en nuestra fisiología transformando la vergüenza en valentía, la culpa en seguridad y el miedo en amor.

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