8 de marzo, Barcelona. Mujeres, somos mujeres, distintas que los hombres y poderosas por naturaleza. ¿Qué ocurre para que en las consultas de psicólogos nos vengan casos de muchísimas mujeres cargadas de impotencia, desbordadas de extra autoexigencia por no llegar a todo, enfadadas por tener que renunciar a mucho, llenas de culpabilidad, de vergüenza, de miedo, mamás que intentan ser madres 10 a la vez que trabajadoras 10 mientras se vuelven locas, etc.? Al menos volvámonos locas de remate de manera saludable, donde la palabra renunciar se coinvierta en elegir. Ya esta bien de no dejar ser. ¿Pero cómo somos?
Cito un párrafo del libro ‘Mujeres que corren con los lobos’ de Clarissa Pinkola que dice así: Una mujer sana se parece mucho a una loba: robusta, colmada, tan poderosa como la fuerza vital, dadora de vida, consciente de su propio territorio, ingeniosa, leal, en constante movimiento. En cambio, la separación de la naturaleza salvaje provoca que la personalidad de la mujer adelgace, se debilite y adquiera un carácter espectral y fantasmagórico. No estamos hechas para ser unas criaturas enclenques de cabello frágil, incapaces de pegar un salto, de perseguir, dar a luz y crear una vida.
Como mujer no me gusta estancar mis sentimientos en las diferencias de género que nos acechan, ni en las sociedades retrogradas, ni en la idea de que la sociedad ha conseguido civilizarnos ocultando nuestros dones. Prefiero celebrar que somos de naturaleza valiente, que estamos llenas de instinto, sabiduría y creatividad apasionada. Así somos, siendo cada una distinta de todo el resto.
Existe un libro llamado ‘Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes. 100 historias de mujeres extraordinarias’ de Elena Favilli y Francesca Cavallo donde narran las vidas de mujeres valientes, científicas, astronautas, levantadoras de pesas, juezas, chefs, etc., ejemplos de determinación y audacia para las que sueñan en grande. Pero aparte de lo que hacemos, ¿qué somos? ¿Qué hubiéramos sido sin nuestras bisabuelas, abuelas, madres y ejemplos de todas aquellas mujeres modelo que tenemos alrededor? Somos parte de ellas, parte de esta energía que compartimos llamada mujer.
Como psicóloga (diría lo mismo desde todo el colectivo de psicólogos sin diferenciar el género), animo a que le demos buenos significados a las acciones propias de la mujer, aunque hoy en día parezcan de renuncia. Que no nos nuble lo de a fuera para que nuestro instinto no nos falle. De cobardes no tenemos nada, somos mujeres.
Como Psicóloga del deporte recalco todo esto con el ejemplo de la campaña llamada “Sueña loco” que Serena Williams y Nike han presentado empoderando a las mujeres. Se trata de varios clips de atletas femeninas ligados a los valores del deporte, a la vez que se exponen algunos mensajes reivindicativos que desmitifican con fuerza una imagen falsa que ha creado la sociedad de la naturaleza de la mujer. A ver qué os parecen.
«Si mostramos emoción, se nos llama dramáticas», «si queremos jugar contra los hombres, estamos locas”, “si soñamos con la igualdad de oportunidades, delirantes”, “cuando defendemos algo, estamos desquiciadas”, “cuando somos demasiado buenas, algo anda mal con nosotras”, “si nos enojamos, somos histéricas o irracionales o simplemente estamos locas”. Así que, si quieres que nos llamen locas, muéstrales lo loca que puedes ser. El anuncio termina con un simple eslogan que dice: «Sólo es una locura hasta que lo haces». Esto sirve para todos amigos.
Y, para terminar, el prólogo de del libro ‘Mujeres que corren con los lobos’.
“Todos sentimos el anhelo de lo salvaje. Y ese anhelo tiene muy pocos antídotos culturalmente aceptados. Nos han enseñado a avergonzarnos de este deseo. Nos hemos dejado el cabello largo y con él ocultamos nuestros sentimientos, pero la sombra de la mujer salvaje acecha todavía a nuestra espalda de día y de noche. Dondequiera que estemos, la sombra que trota detrás de nosotros tiene sin duda cuatro patas”.
Lobas locas, mostrad lo que podéis hacer.