Después de los escalofriantes sucesos ocurridos en Barcelona y Cambrils y de la movida política que estamos viviendo estas últimas semanas en Catalunya, intento simplificar en mi mente lo que verdaderamente importa y me pregunto ¿estarán pensando en las consecuencias reales de lo que están haciendo referente al bienestar global en vez de defender sus creencias y sus votantes para mantener su estatus? DUDA.
Me resulta perplejo pensar cómo un sistema de creencias y el hambre del poder pueden llegar tan lejos e ir tan en contra de la humanidad y del bien común que tan en boca está de todos. Mi estructura mental no está preparada para entenderlo, o no quiere. ENFADO.
Otra cosa que me resulta perpleja de entender es cómo de manipulados estamos por la sobreinformación y por la falta de ella. No hablo tan solo en términos políticos sino también de intereses económicos de macroestructuras que envenenan nuestro bienestar. MIEDO.
La política es excitante pero episodios así me hacen pensar que lo que nos rodea nos está alejando de nuestra naturaleza como seres humanos. Estamos perdiendo el norte, el tiempo y el sentido de la vida por lo de afuera, tanto a nivel social y personal, siempre pendientes del exterior. BLOQUEO FÍSICO Y MENTAL.
Ayer, día 11 de septiembre fué un día señalado en Catalunya, de un pasado doloroso y de un presente manifestante. ¿Y el futuro? El futuro debería ser la aceptación total los problemas más profundos que tenemos, uno de ellos la sanidad. CONSCIENCIA.
De aquí este artículo, para no dejar pasar el tiempo sin saber dónde está el norte, al menos el de cada uno de nosotros. Es para pensárselo, porque un día estás y el otro no lo sabes. Un atentado o una enfermedad no se escogen, pero vivir enfermo por lo de afuera sí. Cómo de importante sería para el cambio colectivo que cada uno de nosotros cuidáramos lo que realmente importa. SALUD.
Y sino fijaros ante qué respondió inmediatamente con tanta valentía y tan solidaria y altruistamente la ciudad de Barcelona el pasado 17 de agosto. PRIORIDAD.
1. Bebe agua. Beber agua no solo te hidrata tu metabolismo de vida y de equilibrio de día ayudándote a dormir mejor de noche, sino que de este equilibrio también saldrán mejores pensamientos, comportamientos y autopercepciones. El alcohol, los refrescos y los zumos envasados te llevarán al sentido opuesto, causando desequilibrio tanto físico como mental. Comprueba como algo tan simple puede ayudarte tanto. Be water my friend.
2. Duerme profundo. El poder del dormir. ¿Cómo te sientes después de haber dormido bien? Intenta revivir esta sensación. Imagina como está tu cuerpo por dentro cuando te sientes así. Manejarás mejor el estrés y puede que llegues a perder peso y la ansiedad de estar comiendo a todas horas, sobre todo al salir del trabajo. ¿Te suena? Las personas que duermen 6 horas tienen un 23% más de riesgo de obesidad, las que duermen 5 horas un 50% y las que duermen 4 un 75%. Si los niños tienen una rutina para dormir puede que una rutina sea lo único que te falte, porque sueño seguro que tienes. Duerme como un niño.
3. Muévete. El ejercicio físico va más allá del perder peso, es el pilar que regula todo el resto, porque aparte de quemar calorías crea endorfinas y estas son las que te hacen sentir bien y motivado con todo el resto (comer bien, trabajar feliz, dormir mejor, disminuir el estrés, etc.). Estamos hechos para movernos. Anima sana in corpore sano.
4. Menos estrés. Dedica parte de tu tiempo para resetearte. Para unos minutos para tomarte un zumo de naranja y leerte el periódico sin pensar todo lo que tienes que hacer. Hay cosas que no hace falta pensarlas, si te sientan bien hazas. La vida no viene ni de cinco minutos ni de diez. Añadir que el estrés aparte de castigarnos mentalmente también lo hace físicamente, ya que generando cortisol promovemos la tensión muscular por estar en alerta y aumentamos la sensación de apetito almacenando grasa justo en la zona media del cuerpo. El primer paso es darte cuenta. Para.
5. Aliméntate de manera inteligente. No solo es el qué sino también el cómo, come sin ansia. Es muy simple, tú controlas lo que comes y cómo comes, no es la comida la que te controla a ti. Escucha cómo se siente tu cuerpo y cuanto tiempo tardas en tener ansia dependiendo de qué comes y decide qué necesitas. Esto puede variar en diferentes épocas de tu vida según tus rutinas y tus ritmos. Quedarse con un poco de hambre no significa que el cuerpo no esté satisfecho ya que a veces llenamos emociones y no estómagos. Come despacio y mastica que para algo te han dado dientes. Disfrútalo.
6. Vive consciente. Nuestro alrededor condiciona nuestro interior, y esto impacta a nuestra salud en general. La gente de la que te rodeas, el ambiente en casa y en el trabajo, el aire que respiras, tu hogar, el orden, tus rutinas, tu tiempo, tus prioridades, tus momentos, eso depende de ti. Una cascada de malas sensaciones puede tener un impacto negativo en tu salud, una cascada de buenas te la regala. Armonía.
7. Haz el amor. Prescripción obligatoria. Ejercitas el corazón, reduces el estrés, tonificas tu cuerpo, quemas calorías, duermes mejor, etc. Haz el amor y crea oxitocina, palabras mayores. La oxitocina aparte de ser una hormona que tiene un papel fundamental en el comportamiento sexual y en el momento del parto, es un neurotransmisor que está muy implicado en el desarrollo de comportamientos relacionados con la confianza, el altruismo, la generosidad, la formación de vínculos y la empatía además de intervenir en la regulación del miedo eliminando respuestas de parálisis. Haz el amor y no la guerra.
8. Nútrete a ti mismo. El tiempo para nosotros mismos es la combinación de los 8 puntos. Tratarte a ti mismo como algo especial tiene beneficios tanto emocionales como físicos. Si no tienes tiempo para ti mismo no serás capaz de cuidar de los demás. Cuida a los demás, pero sin olvidarte de ti jamás. Te vas a sentir bien de sentirte bien. Esta es la clave.
Ayer fué mi cumpleaños, y al final del día me sientí agradecida de poder expresar que la salud es el mejor regalo, que la vida tiene sentido por si sola pero que sabe mejor compartida, y que si todos nos atreviéramos a vivir con salud daríamos un paso gigante. Atrévete,
¡¡¡Y que cumplas muchos más!!!