De buenas a primeras la mayoría de nosotros asociamos el concepto “ejercicio físico” al de “quemar calorías y eliminar grasas”, pero eso es muy superficial para ti ¿no crees? Porque por tu sangre no solo circula glucosa y porque lo que le va bien a tu corazón también le va bien a tu cerebro no te quedes en la superficie. Para mí el objetivo seria, tal y como dijo una de mis pacientes “quiero que el ejercicio físico forme parte de mi vida de una vez por todas”. Pero, ¿qué significa eso? Qué significa sentirse bien? ¿Te has acostumbrado a estar cómo estás? ¿Qué necesitas? ¿Machacarte a quemar calorías como un loco o mandar a paseo ese sentimiento que te machaca mentalmente? ¿Quiero hacerlo pero no puedo? Si es así algo no va bien.

Porque después de hacer ejercicio además de la sensación complaciente que se experimenta también existe la grandísima sensación de satisfacción personal, siendo las dos las que te impulsan a querer más. A nivel consciente eso es lo que notas, pero inconscientemente tu mente y tu cuerpo te dan las gracias por ayudarles a regular su metabolismo, de día y de noche. ¿Y porque digo de noche? Pues porque aparte de que el ejercicio físico disminuye nuestra sensación de estés durante el día por la noche dormirás mejor, y si duermes mejor tendrás más energía durante el día, fortalecerás tu sistema inmune, mejorará tu estado de ánimo, tu motivación se disparará, tendrás mayor claridad mental, regularás tu apetito, acelerarás el metabolismo quema grasas, limpiarás tu sangre, toleraras mejor el dolor, etc. ¿Te parece poco? Yo no te quiero convencer, hazlo tú mismo valorando que pasaría si el ejercicio físico formara parte de tu vida. ¿Tener más disciplina en esto crees que te la daría en otras áreas de tu vida? ¿Esto te daría confianza en ti mismo?

También puedes preguntarte cómo vives, porque no te cuidas como te mereces, y cómo te sienta darte cuenta. ¿Por qué te das cuenta no? Jornadas laborales maratonianas (casi cada día), elevados niveles de estrés, sedentarismo de lunes a viernes y el fin de semana para descansar, falta de horas de sueño, fatiga crónica, dolores y resfriados por aquí y por allá, viajes de trabajo frecuentes que lo desequilibran todo, comer rápido, cómodo y demasiado. Esto es como un círculo vicioso (o sin el cómo) que se puede revertir tan solo con incorporar el ejercicio físico en tu vida como algo normal. Lo vas a agradecer tanto que te arrepentirás de no haber empezado a vivir mejor antes.

Pero claro, no todos necesitamos lo mismo porque no todos llevamos el mismo ritmo ni todos tenemos las mismas necesidades. Encuentra tu equilibrio y comprométete. ¿Con quién? Contigo, no con el ejercicio físico. Tu bioindividualidad y tu salud es tuya, de nadie más. Lo primero que debes saber si quieres comprometerte de verdad es que esto tiene unas implicaciones en tu estilo de vida, por lo que si el día tiene 24 horas y necesitamos dormir ocho, debes incluir el ejercicio físico de manera que sea funcional por lo que primero de todo debes de decidir qué papel quieres que tenga el ejercicio físico en tu vida, una obligación o una bendición. No esperes que todo cambie por arte de magia, el efecto dominó empieza por tumbar una ficha y después por arte de magia caen las demás. Desmitifica que cuesta y comprueba si te sientes mejor, si duermes mejor, si te alimentas mejor, si rindes mejor tanto física como mentalmente, si estas más motivado con el resto, si afrontas mejor, si…. di que sí.

Si eres tan fuerte como para aguantar este ritmo de vida acelerado, ¿crees que podrás incluir hasta que llegue a formar parte de tu vida de una vez por todas? Pregúntate cuál es tu razón por querer hacer este paso, qué te gusta y que no te gusta de tu manera de funcionar, qué necesitan tus fuerzas, ¿más cafés o chutes de hormonas naturales que te harán tirar y no solo 4 horas? Porque todo esto no es solo para empezar, es para adquirirlo y no soltarlo. Explora como lo vas a hacer para que tu vida personal y profesional guarden equilibrio y sean un súper tándem.

  1. Decide que quieres hacerlo.
  2. Identifica los obstáculos que te impiden hacerlo. ¿no te divierte ni te motiva? ¿la no obtención de resultados? ¿vas demasiado cansado? ¿este espiral te ayuda? ¿quieres revertirlo? Pues que te haga ilusión.
  3. Añade a tu agenda tres sesiones en horarios que sepas que no vas a fallar, y mejor que en estas sesiones no tengas que depender de nadie, estas son para tu vida, y lo que venga de más suma, ya sea en ellas o en otras actividades que pueden surgir.
  4. Busca tu comodidad y funcionalidad, que no vayas hiperventilando para que se hagan realidad. Seguramente deberás priorizar y delegar tareas. ¿Y qué? ¿Qué es egoísta tener salud para poder estar mejor con lo demás y los demás?
  5. Las actividades que no te hagan ilusión fuera, aunque eso no significa fuera el esfuerzo. Porque a veces la pereza es muy mala, debes escoger que prefieres en estos casos, ¿sentir que te has faltado a tu compromiso o hacerlo y sentir que esa hora te ha resucitado?
  6. No pierdas de vista que debes darte permiso al descanso, por lo que mejor dejar un día en medio entre sesiones si tus horarios no te permiten hacerlo a diario.
  7. 30 minutos de ejercicio físico moderado 5 días a la semana o 50 minutos tres días a la semana. Móntatelo como te vaya bien a ti, y si puedes alargar esos 30 minutos una vez ya te sientas más cómodo mejor.
  8. Márcate un objetivo (a poder ser que no sea tan solo el perder “x” kilos, pero si te motiva sirve), y fracciónalo en meses u objetivos a corto plazo. Un ejemplo sería el primer mes, qué deseas incorporar y cúmplelo respetando el orden físico de tu cuerpo y tu orden mental. Hazte tu croquis, pero se flexible.
  9. No te pases con la exigencia, se realista con tu forma física inicial y con tus horarios y demás prioridades. Hiperventilar genera estrés.
  10. Diferencia de lunes a viernes y fin de semana. Igual que un evento entre semana es un extra en tu dieta y horarios, si no puedes cumplir con tu plan de ejercicio físico durante la semana puedes moverte y descansar el fin de semana. Si lo has cumplido durante la semana y le sumas el fin de semana pues mejor. Ahí ya estarás comprometido, solo te falta ser regular.

Reconoce y entiende tus límites para dar lo mejor de ti en cada momento, visualiza que puedes conseguir y despídete del miedo o las dudas de si lo lograras o no. Dale la vuelta al efecto dominó con tus pensamientos y usa el deporte para ser exitoso.

Porque vivir con energía no es un castigo, dedícale energía a tu salud.

VIVE SANO. VIVE MEJOR. RINDE MEJOR.

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