A preguntas simples respuestas simples. ¿Qué significa comer limpio? Comer de la manera en que la naturaleza pretendía. El resto te lo puedes responder tu mismo.
Te parecerá absurdo de lo lógico que es pero la energía de lo que comemos es la energía que obtenemos, por lo que si necesitas vitalidad en estos meses de verano en los que parece que llevemos encima pesos de plomo para movernos, incorporar mayor cantidad de alimentos vegetales en su estado natural (o sea crudo o levemente cocinados al vapor) y de proximidad es una buena solución para llenar vuestro día a día de vitalidad de una forma consciente y en armonía con la naturaleza. Digo en armonía con la naturaleza porque de igual manera que durante los meses de verano no nos apetecen sopas calentitas ni platos muy copiosos y elaborados, también tenemos que tener en cuenta qué frutas y verduras son propias de la época del año en la que nos encontramos, ya que la naturaleza es sabia y nos proporciona lo que necesitamos.
A parte de que en los supermercados encontramos productos superelaborados que nos alejan del consumo de alimentos puros y de proximidad, estamos acostumbrados a encontrar de todo durante todo el año y esto hace que muchos de nosotros no sepamos qué vegetales y frutas son de cada estación. Pero esto tiene fácil solución, ve a un mercado (a poder ser sin hambre asesina), observa qué alimentos ves y cuáles no, pregunta de dónde vienen y cuales son de temporada y compra lo que a tu instinto le llame más la atención, veras como corresponde a lo que necesitas.
Comer limpio consiste pues en reducir la cantidad de carnes, pescado, huevos, legumbres y lácteos y consumir más vayas, frutas, raíces, frutos secos, flores, algas marinas, semillas germinadas, coles y verduras (cocinadas levemente o crudas) y de vez en cuando productos lácteos no pasteurizados. Cuando esto suceda, como no es posible que en un mismo plato quepa lo que ya comemos y lo que os propongo que probéis de hacer, estaréis reduciendo la cantidad de alimentos cocinados y de origen animal. No se trata de eliminar nada, sino de adecuarse a lo que nos puede ir mejor en cada momento para funcionar sin tanto esfuerzo.
Pero ¿qué pasa con el pan y los cereales? ¿Y con el aceite? Un chorrito de aceite de oliva por encima de la comida una vez está en el plato, y los cereales y el pan sin refinar. Granos enteros, los hidratos de carbono simples no nos interesan. Ah, y el azúcar ni lo he nombrado porque ya sea el que pones en el café, o el que encuentras en todos aquellos envases o envoltorios que tienen tropecientas cosas en la lista de atrás de las cuales solo las entienden los fabricantes que distribuyen a supermercados, o ni ellos, tampoco nos interesan. Limpio.
Como veis no he hablado de reducir solamente de alimentos de procedencia animal, también hablé de legumbres que son de procedencia vegetal y las comemos cocinadas. Soy fanática de las legumbres, no sé si por herencia familiar o por herencia gastronómica geográfica ya que la dieta mediterránea se caracteriza por la abundancia de su consumo, igual que del aceite y los cereales. Antes hablábamos de alimentos de verdad, de temporada y de proximidad, pero también debemos considerar el concepto proximidad no solo como una valiosa herencia cultural que no debe quedar atrás sino que también como una sabiduría para nuestro bienestar.
Con este artículo no pretendo que os volváis vegetarianos ni veganos, pero sí que consideréis incorporar en vuestra dieta (entendiendo dieta como el conjunto de alimentos que tomamos habitualmente) mayor cantidad de alimentos vegetales de verdad, de temporada y de proximidad para llenar vuestro día a día de vitalidad y claridad mental. Si estrás trabajando lo notarás, y si estas de vacaciones puede que las disfrutes aun más.
No se trata de seguir una dieta, sino de un estilo de vida que te proporciona interconectar bienestar físico, mental y emocional ya que comer alimentos de procedencia vegetal crudos o semicrudos te depura por dentro y por fuera, fortalece tu sistema inmunitario, alcaliniza las células de tu cuerpo, previene enfermedades, propicia la claridad mental y la concentración, reduce el estrés y posiblemente te hará bajar de peso, entre muchas otras cosas que podrás comprobar tú mismo.
Volver al origen no es retroceder, quizás sea andar hacia el saber. Prueba a no comer nada que tus abuelos no reconocieran durante un mes y compártelo.
Come limpio. Piensa limpio. Vive limpio. Vive feliz.