Martes 13. ¿Te has levantado de peor humor por ello? ¿Has tenido un buen día?
SUPERSTICIÓN: Creencia que no tiene fundamento racional y que consiste en atribuir carácter mágico o sobrenatural a determinados sucesos o en pensar que determinados hechos proporcionan buena o mala suerte.
Hoy a muchos de nosotros se nos habrá pasado por la cabeza que no era un buen día para hacer según qué o que podríamos tener un mal día por ser Martes 13. Personalmente soy de las que piensa que las decisiones que tome cada uno con lo que piensa y con lo que hace son todas respetables, pero como psicóloga opino que algunas supersticiones limitan o hasta nos pueden hacer creer que la suerte es algo que no depende de nosotros, cuando la suerte no es algo que exista sin más sino que la creamos y que es el universo el que lo equilibra todo por mucho que queramos controlarlo todo. Todos los psicólogos deberíamos predicar que creamos lo que creemos, porque gran parte de nuestro trabajo es empoderar al paciente para que no tenga creencias disfuncionales que le creen límites que solo existen en su mente causando sufrimiento extra.
¿Y por qué digo esto? Pues porque el poder de la mente es muy potente. ¿No os ha pasado nunca que aquello que no queríais que sucediera o que tenías miedo que sucediera sucedió? Esto reafirma que creas lo que crees. Con esto no quiero decir que no podamos decidir cuándo y cómo hacemos las cosas o que no podamos tener libertad de pensamiento, pero considero que toda creencia que nos cree límites irracionales o sufrimiento extra no es sana. Así que en vez de llamarle “superstición”, prefiero divulgar el concepto “autoengaño funcional”, que no es lo mismo que autoengañarse a secas.
¿Y qué es un autoengaño? Desde la psicología concebimos el autoengaño como un proceso de negarse a racionalizar la relevancia, significancia, o importancia de evidencia contraria a argumentos lógicos que son opuestos a los propios. Pero para hacerlo más sencillo podríamos decir que es el arte de engañarse a uno mismo llevando implícito el convencerse de algo. Psicólogos o no, todos podemos ver la pequeña diferencia que hay entre la superstición y un autoengaño. Ambos conceptos son creencias pero en el autoengaño hay racionalización y en la superstición no. En ningún momento estoy animando a nadie a autoengañarse pero si a no dejar al azar lo que pensamos o decidimos hacer con lo que pensamos.
Y entonces, ¿qué es un autoengaño funcional? Es mentirse a uno mismo de manera funcional. Suena extraño, veamos. Para aprender a utilizar el autoengaño con fines nobles primero de todo debemos ser conscientes de que nuestra naturaleza como seres humanos tiende a defendernos espontáneamente a posibles amenazas queriendo encontrar verdades tranquilizantes y definitivas. Pero seamos realistas, ya no vivimos en un mundo donde la palabra definitivo sea muy realista y tranquilizante. La respuesta de supervivencia ante el miedo es innata, pero los miedos irracionales son adquiridos por lo que nos rodea y esta defensa disfuncional bloquea lo que hacemos, nos limita, nos empequeñece y nos desempodera.
Todo esto puede parecer un rompecabezas pero es muy simple y no debe asustarnos, lo que sí que debería asustarnos es fluir dejando nuestras creencias al azar o el perder nuestra esencia por vivir defendiéndonos y reaccionando en vez de decidiendo y actuando. Las decisiones pueden ser como los objetivos, podemos tener objetivos superiores a largo plazo pero debemos tener objetivos a corto plazo llenos de microacciones que se adapten al cambio y que nos hagan sentir que nosotros somos los dueños de nuestro pensamiento y de nuestra vida aunque no sea perfecta en su totalidad.
En resumen, querer tener el control de todo nos hace prisioneros del propio control haciéndonos victimas de nuestros temores impidiéndonos fluir libremente. Por lo tanto no se trata de forzar nada, se trata de bloquear aquellas reacciones espontaneas que por querer defendernos nos limitan. ¿pero cómo? Permitiéndonos aquellas creencias que nos ayuden a no darle más coba a aquella parte de nosotros que quiere tenerlo todo bajo control y que está dominada por el miedo. Porque, ¿este miedo es nuestro o es adquirido? Esto es lo que un buen psicólogo debe hacer que te cuestiones antes de tomar decisiones. Empieza por contestarte esto y después aprende a autoengañarte de manera funcional cuando creas que te ayudará a superar bloqueos sin hacerle daño a nadie, porque si los utilizas correctamente puede producir beneficios sustanciales tanto a ti como a los que te rodean. Esto sucede muy a menudo, lo que no lo percibimos por ser también un mecanismo de defensa propio del ser humano, en este caso sano.
Por lo tanto el juego está en dejar que las cosas fluyan pero dirigiéndolas hacia la dirección deseada y no tanto en tenerlo todo bajo control. Debemos aprender a valorar las cosas por lo que producen y no por lo que parecen a priori, porque los efectos de lo que decidimos hacer con ellas son la medida efectiva para gestionar nuestras acciones. Esto es un autoengaño funcional, aprender a fluir conscientemente libres de cargas morales, del control excesivo y de miedos adquiridos para que nuestros recursos puedan expresarse aunque su inercia a veces sea de constante contraste. No te juzgues por pensar una cosa u otra, usa esa energía para transformar un posible limite en otro maravilloso recurso. Si es funcional, tira millas.
Por Barcelona el día bien, buena suerte!
😉