
Psicólogos en Barcelona.
Como muchos otros psicólogos, de Barcelona o de otras ciudades europeas, me doy cuenta de la creciente problemática en torno al factor tiempo. No me gusta generalizar pero cuando la gente funciona con un ritmo estrepitoso tiende a vivir como robots, en forma de automatismos que les despersonalizan por no prestar atención a su razón de vivir y de estar en el mundo. Barcelona es una ciudad muy abierta y plural pero para los turistas más que para los que viven o trabajan en ella. El trabajo, las nuevas tecnologías y la sobreestimulación masiva está enfriando a la gente que vive en ciudades como Barcelona. Sin a penas darse cuenta están perdiendo de vista sus prioridades y sus necesidades vitales como seres biopsicosociales por no vivir lo que tienen delante, por no estar presentes.
Psicólogos en Barcelona.
Somos muchos los psicólogos en Barcelona los que recibimos un alto porcentaje de consultas en relación al vacío existencial que genera vivir para trabajar en vez de trabajar para vivir. La pérdida del sentido que la gente tiene sobre su propia vida es aquello en que la psicología transpersonal viene haciendo hincapié desde finales de la década de los sesenta como continuación de la Piscología Humanista con psicólogos como Maslow, Rogers o Flankl. El verdadero mensaje de estos psicólogos es ayudar a que las personas logren un mayor despliegue de si mismas incluyendo en él la búsqueda de un sentido trascendente en relación a la realidad y a su propia vida.
Es cierto que el pasado nos define, pero nuestro cerebro esta diseñado para funcionar en presente y tenemos la gran capacidad de crear nuestro futuro sin seguir todos aquellos estándares de “lo que toca” que tanto nos hacen sufrir por no permitirnos ser quienes somos, por no decidir por nosotros mismos, por tener que renunciar, por decir si cuando queremos decir no, por quedar bien con la familia, porque si. Poca modernidad de pensamiento en una ciudad tan moderna como Barcelona.
Los últimos años los psicólogos vemos que en nuestros pacientes se multiplican las mismas preocupaciones y problemas por vivir en esta rueda, y no solamente somos los psicólogos quien nos damos cuenta de ello, ya que también son las voces de nuestros amigos las que hablan de lo mismo. “No tengo tiempo”, “tengo ansiedad”, “no duermo bien”, “tengo problemas con mi pareja”, “no veo a mis amistades, es muy difícil” “en el trabajo hay mucha presión y estrés”, “me siento culpable por no pasar más tiempo con mis hijos o por no cuidarme”, “no se que me pasa” “me he olvidado de mi”, etc. ¿Os suena?
Psicólogos y Psicólogas en Barcelona
Psicólogos, Psicólogas, de Barcelona o no, espero que estemos dirigiendo nuestra energía a la verdadera solución y no a poner tiritas enviando a nuestros pacientes al psiquiatra o al médico de cabecera para que les den mediación. Estas señales de malestar pueden ser vividas como un problema o como una solución. Fíjate la importancia de cómo enfocamos nuestro pensamiento. Un problema puede ser un obstáculo que nos dificulta seguir nuestro camino, pero es que un obstáculo no es un problema, quizás es justo aquello que debemos aprender para vivir mejor. La vida nos pone en frente lo que debemos aprender, solo hace falta ir con los ojos abiertos por la vida y ya tienes la mitad de camino hecho.
Por lo tanto, la ansiedad, la culpa, la tristeza y todo aquel sentimiento o sensación de incomodidad tiene su funcionalidad. Más allá de las causas, todo esto llega a nuestra vida con un propósito, con un para qué, y si estamos dispuestos a descubrir ese para qué, nuestra vida puede mejorar muchísimo gracias a ella.
Para ello, tres pilares básicos que todo psicólogo debería transmitir como norma general para no quedarse estancado en el sufrimiento ni en un modo viejo de pensar, sentir y vivir serian la no resistencia a los sentimientos sin dejar de luchar por lo que creemos que es mejor, la desafección sin pasotismo y la aceptación incondicional.
Todo esto es lo que nos intenta transmitir el psicólogo y psiquiatra Stanislav Grof en su libro “La evolución de la consciencia”, de que la época en la que vivimos exige un planteamiento nuevo, donde la psicología transpersonal es la respuesta, siendo uno de los más peligrosos desfases de la época el desfase entre una tecnología en permanente evolución y el potencial humano paralizado. La consciencia debe evolucionar pero no hay suficiente en que todo esto quede en una utopía, sino que debemos responsabilizarnos de nuestra evolución pasando por una experiencia algo más profunda que la simple reflexión des de la razón.
Para no tropezar siempre con la misma piedra y salir de esta epidemia disfuncional obsoleta de nuestro modo de pensar con la que nos encontramos los psicólogos día a día en nuestras consultas, tal y como dijo Albert Einstein, “se necesita un nuevo modo de pensar para resolver los problemas producidos por el viejo modo de pensar”. Barcelona necesita ser vivida de una forma distinta, necesita una conciencia moderna.
Laura Servós