
Todos sentimos en algún momento de nuestra vida miedo a la muerte. Se trata de un miedo natural y, por supuesto, razonable en muchos casos.
Desde luego, en circunstancias normales, nadie desea morir y, por eso, una situación que nos pone cara a cara con la muerte puede darnos miedo.
Además, el miedo a la muerte es un mecanismo de defensa que nos ayuda a no cometer imprudencias que puedan poner en riesgo nuestra vida. Por lo tanto, en principio, podría ser algo positivo tener miedo a morir.
Pero, ¿es siempre positivo? La realidad es que no. El miedo a la muerte puede ser de gran ayuda para protegernos de los peligros, pero también puede ser un peligro en sí mismo.
En este artículo, quiero hablarte del miedo a morir: ¿es una causa, o un efecto? ¿En qué caso se puede volver peligroso? Veámoslo.
El miedo a morir, como efecto
El miedo a morir puede ser un efecto, o un síntoma, de otra patología.
Por ejemplo, empiezan a acelerarse los latidos de nuestro corazón, comenzamos a sentir un sudor frío, sentimos que nos falta el aire cada vez más y empieza a dolernos el pecho.
Mientras todo esto nos está pasando, no somos capaces de identificar por qué ocurre. Lo único que somos capaces de pensar es que podemos morirnos y, por supuesto, no queremos. En ese instante, sentimos pavor debido a la muerte.
De repente, todo se calma. Ya no nos duele el pecho, el corazón vuelve a latir al ritmo correcto, la respiración vuelve a su cauce y todo parece ser normal.
Habíamos sufrido un ataque de pánico que tuvo como efecto el miedo a morir.
En este caso, el miedo a la muerte es algo normal, y puede llegar a ser racional: sentimos que la situación se escapa de nuestro control y llegamos a pensar que, en cualquier momento, nos podemos desmayar y no despertar.
En una situación como esa, el miedo a morir es un efecto del ataque de pánico.
El miedo a morir, como causa
¿Qué pasa si sentimos miedo a morir de manera patológica, como causa de otros problemas y de una manera que interfiere en nuestro vivir diario?
En ese caso, sufrimos de una fobia, llamada tanatofobia.
No te hablo de tener miedo a morir en una situación de riesgo, o de no querer morirte. En realidad, hablo de una auténtica patología psicológica: un miedo atroz y sobredimensionado a la muerte.
El miedo a la muerte de una persona con tanatofobia le lleva a cambiar de manera drástica la manera en que vive su vida. Evitando situaciones sociales, o manifestando mucho miedo a eso que parece peligroso, pero que, en realidad, no lo es.
¿Se puede curar la tanatofobia?
Como cualquier otra fobia, el miedo patológico a la muerte se puede tratar mediante terapia psicológica. Por eso, mi recomendación es que, si el miedo a morir está afectando a tu vida cotidiana y a tu manera de comportarte, acudas a buscar la ayuda de un profesional.