La prisa

By 22 octubre, 2021octubre 26th, 2021Psicología y Salud
la prisa

¿Eres una persona que tiene prisa todo el tiempo?

La prisa se ha implantado en nuestras vidas hasta tal punto que hay quienes la consideran una especie de enfermedad. En este artículo, quiero hablarte de la prisa, por qué se produce y por qué puede tener consecuencias desagradables para tu salud.

Por último, haremos un recorrido por algunos consejos que te pueden ayudar a eliminar esa prisa de tu vida. ¿Te quedas? Pues empezamos.

¿Por qué tenemos prisa?

Muchas veces, la prisa se vuelve amiga de la ansiedad. Tenemos prisa porque, mientras estamos haciendo una cosa, estamos pensando en la siguiente.

Llegamos a un punto en que la tarea que estamos haciendo “ahora” no es más que un estorbo para la que tenemos que hacer “después”. Por eso, comenzamos a desempeñar varias tareas a la vez.

Estamos en la carretera y queremos que termine cuanto antes el trayecto para llegar al trabajo. Una vez que hemos llegado, queremos terminar pronto con las primeras tareas de la mañana para poder ir a las que consideramos “más importantes”; y, luego, mientras hacemos estas, estamos desesperados por terminar rápido para poder irnos.

Y así, vivimos anticipando cada tarea, queriendo que termine cuanto antes lo que tenemos ahora y sin disfrutar, ni de lo actual ni de lo que vendrá.

La prisa no está ligada a ser personas ocupadas

Hay quienes pueden pensar que tener prisa es algo de las personas muy ocupadas. Cosas como comer delante del ordenador porque “no tenemos tiempo que perder” puede parecer una costumbre de los altos ejecutivos que deben optimizar cada minuto de su vida.

Sin embargo, no es así. Una persona puede tener un problema por culpa de la prisa, sin que esto signifique que sea una persona ocupada.

Quienes tienen prisa se vuelven personas ocupadas porque actúan como si lo fueran, aunque sus tareas sean totalmente irrelevantes. Buscan hacer más, hacerlo más rápido y terminar cuanto antes, para seguir teniendo prisa mientras hacen otra cosa.

Sienten una necesidad patológica de estar ocupados todo el tiempo, ser “productivos” y no desperdiciar ni un segundo.

En casos graves, estas personas llegan a acostarse con la ropa puesta para no perder tiempo en vestirse por la mañana, nunca desconectan del trabajo porque deben estar disponibles todo el tiempo para desempeñar cualquier tarea y, si no tienen nada que hacer, lo buscan.

Las personas que sufren esta “enfermedad”, buscan la manera de ser hiper productivos todo el tiempo, haciendo más y más rápido, incluso cuando no hay ningún motivo para tener prisa.

¿Es malo tener prisa?

Sí. En exceso, la prisa puede ser perjudicial porque, incluso quienes no tienen razones para ir tan rápido y estresarse tanto, con esa prisa generan un estado de sobre-estimulación.

Esta, a su vez, hace que sufran ansiedad, cansancio, irritabilidad, y que sean incapaces de relajarse. Generan un exceso de cortisol (la hormona del estrés) que puede tener consecuencias físicas, como enfermedades inmunológicas o del corazón.

¿Cómo evitar el “mal de la prisa”?

Para evitar “el mal de la prisa”, puedes tener en cuenta estos consejos:

  • Prioriza tareas, evita la multitarea y aprende a decir que no.
  • Al hacer un horario, recuerda asignar tiempo al hecho de pasar de una tarea a otra.
  • Aprende a estar “sin hacer nada” de vez en cuando.
  • Evita los impulsos de trabajar cuando no estás en horario laboral.

Ten en cuenta que, si tratas de exprimir el tiempo al máximo, puedes terminar exprimiéndote a ti mismo. Si no logras dejar la prisa a un lado, los resultados para tu salud física y mental, y para quienes te rodean, pueden ser nefastos.

Si necesitas ayuda, recuerda que las consultas psicológicas también se encargan de ayudar a quienes padecen este problema. Si vas a darte prisa en algo, que sea en pedir ayuda.

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