Es muy común que, durante las fechas de inicio de año, mes o semana, nos propongamos alcanzar nuevos objetivos. Sin embargo, y sin saber por qué, muchas veces esas metas se repiten una vez tras otra porque no se han logrado.

Por otro lado, están esas veces en que estamos decididos a alcanzar una meta, pero es un propósito que nos causa dolor durante o después de alcanzarlo. Un ejemplo de esto es el adelgazamiento, o dejar de fumar.

Si nos centramos únicamente en el sufrimiento que produce alcanzar ese objetivo, no habrá mucho futuro en él, más allá de conseguirlo.

En este artículo, quiero hablarte de cómo alcanzar el éxito en los propósitos, sin que esto represente un periodo de sufrimiento para, de esa manera, poder prolongar los resultados.

Asociar la meta con gozo nos lleva al éxito

No cabe duda de que, sea cual sea el propósito que queramos alcanzar, necesitamos hacer un esfuerzo para lograrlo. Después de todo, si no requiriese ningún tipo de esfuerzo por nuestra parte, no sería un propósito, sino una realidad actual.

Sin embargo, ese esfuerzo no necesariamente tiene que resultarnos tedioso y doloroso. Buscar los aspectos positivos del camino hacia la meta y del resultado en sí mismo nos ayudará a no decaer durante el proceso.

Además, una vez que hayamos alcanzado el propósito, nos resultará más fácil mantenernos en él si hemos asociado ese estado con una situación de felicidad.

Por ejemplo: bajar de peso conlleva esfuerzo. Pero, si asociamos el estar a dieta y el deporte con algo que nos produce felicidad, será mucho más fácil alcanzar el objetivo. Por otro lado, más adelante, relacionar la comida sana y seguir haciendo ejercicio con algo gozoso, nos hará mucho más fácil la tarea de mantenernos sin volver atrás.

Por lo tanto, en resumen, si relacionamos con la felicidad eso que queremos conseguir, aunque conlleve esfuerzo, alcanzaremos el éxito en nuestros propósitos y los mantendremos en el tiempo fácilmente.

Pasos para alcanzar los propósitos

La clave final para alcanzar los propósitos consiste en seguir una serie de pasos fundamentales. Veamos cuáles son.

  • El primer paso es definir el propósito. Y en este punto debemos ser específicos y trazar un objetivo cuantificable.
  • Trazar el camino a seguir desde el punto en el que nos encontramos, hasta el lugar de destino.
  • Evaluar el camino. En ocasiones, podemos desviarnos durante el recorrido y si no ajustamos la marcha podemos perdernos por el camino.
  • Premiar los resultados. Para evitar el dolor del recorrido, podemos definir algunos premios que vamos a recibir cada vez que alcancemos un “campamento base” durante el camino.
  • Disfrutar del final sin olvidar lo que hemos vivido. Si olvidamos que ese objetivo nos costó esfuerzo, es más posible que volvamos a las antiguas costumbres y perdamos el trabajo que hemos hecho.

Sea cual sea el objetivo que nos propongamos, debemos recordar que es necesario asociarlo con el gozo, tanto durante el camino como al finalizar. De esta forma, no perderemos el norte y seguiremos adelante hacia nuestros propósitos.

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