Casi todos los tipos de ansiedad presentan insomnio, un síntoma que perjudica gravemente la calidad de vida de aquel que lo padece, además de a sus relaciones personales y su vida laboral. Durante el confinamiento por la pandemia por coronavirus que estamos viviendo, es normal que hayamos sufrido algún grado de ansiedad y, por lo tanto, es posible que se haya visto acompañado por insomnio. En el artículo de hoy, os ofrecemos unos cuantos consejos para poder disminuir la ansiedad y con ello recuperar un sueño reparador.

Podemos sufrir ansiedad por diferentes motivos: estrés, preocupación excesiva, enfermedad… Y en función del grado de ansiedad que padezcamos, puede aparecer insomnio con mayor o menor recurrencia. Si no se ataja a tiempo el origen del trastorno, la persona afectada se puede ver envuelta en un círculo vicioso en el que la ansiedad y el insomnio se retroalimentan. Es decir, se sufre ansiedad porque no se puede dormir bien y esta falta de descanso puede provocar aún más ansiedad.

Remedios para combatir el insomnio por ansiedad

En primer lugar, y en cualquier caso, debemos cuidar el entorno en el que dormimos. La habitación debe estar a oscuras, con una temperatura entre 16 y 18 °C, en silencio y contar con una superficie cómoda en la que descansar. Es importante asimismo tener unos buenos hábitos de higiene de sueño. Es decir, hay que seguir una rutina: irse a la cama y levantarse por la mañana a las mismas horas cada día, procurando respetar el ritmo circadiano. Es imprescindible eliminar al menos una hora antes de acostarse los dispositivos electrónicos, pues estimulan nuestro cerebro y no dejan que se prepare para el descanso. Por otro lado, es aconsejable eliminar las siestas diurnas.

El ejercicio moderado y que implique técnicas de relajación es un buen aliado para disminuir el estrés y la ansiedad y con ello combatir el insomnio. Apúntate a clases de mindfulness, yoga o pilates. Otra gran herramienta son las técnicas de respiración, que prepararán tu cuerpo y tu mente para recibir el sueño. Por último, te recomendamos que intentes evitar en lo posible irte a la cama pensando en todo lo que tienes que hacer al día siguiente. Para ello, resulta muy útil realizar listas de cuestiones pendientes. Y si aun así no logras conciliar el sueño tras veinte minutos, levántate y realiza alguna actividad tranquila fuera de la cama, como leer o caminar, por ejemplo.

Con todo, si el insomnio no desaparece y la ansiedad, lejos de calmarse, va a más, no lo dudes y acude a un psicólogo. Para empezar deberás reconocer el origen del trastorno y entonces identificar qué tipo de ansiedad padeces para que te prescriba un tratamiento personalizado.

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