
¿Cansancio? ¿Tristeza? ¿Menos vitalidad? ¿Desconcentración? ¿Dolor de cabeza? ¿Insomnio? ¿Alteraciones del apetito? Señores y señoras empieza la acción, salimos del invierno y entramos a la primavera, e igual que las estaciones del año son cíclicas nosotros los humanos también. Como más alineados estemos a la naturaleza mejor nos encontraremos, así de fácil.
Como animales de sangre caliente que somos, durante el invierno nuestro metabolismo tiene la capacidad de adaptarse a las condiciones climáticas pidiéndonos baños calientes, más reposo y una alimentación reconfortante que además de vitaminas y minerales nos proporcionan vigor y calor interno. Pero llega la primavera y la cosa cambia, mirad si cambia que hasta nos puede cambiar el humor brotando la famosa “astenia primaveral” igual que brotan las plantas, pero en vez de luchar contra ella intentaremos darle lo que necesita.
Cada estación nos reclama unas necesidades metabólicas distintas, y aunque una alimentación saludable se caracterice por escoger productos de temporada y prepararlos de forma ligera y adaptada según el momento del año, la primavera nos pide limpiar nuestro organismo, y con esto no solo nos sentiremos mejor físicamente sino que también mental y emocionalmente. Puede que muchos de vosotros al leer palabra “limpiar” hayáis pensando en la palabra “dieta”, y esto ni os motiva ni creéis que os pueda hacer emocionalmente felices. Buena noticia, no me gustan las dietas, pero si la adaptación de cada uno a su naturaleza y a sus necesidades. Igual que la tierra evolucionaria mejor si respetáramos su naturaleza, nosotros también funcionaríamos mejor si respetáramos la nuestra. Sentido común y bioindividualidad, no lo ignores.
Pero, ¿que significa “limpiar”? La primavera es una época de cambio y de renovación, una estación en que nuestro organismo también debe depurar, renovar y nutrirse. Para ello debemos librarnos de toxinas y cosechar principios que nos ayuden a brotar energía y dinamismo, tanto físico como mental, y para ello la alimentación juega un papel muy importante. Mucho líquido, vaga de fogones, crudivorismo y una buena combinación de los alimentos.
Combinar bien los alimentos no es una dieta, más bien es aprender un nuevo idioma. Como más lo practiquemos más fluiremos con él. Pero ¿qué es lo que fluye con una buena combinación de alimentos? No solo mejoran las digestiones sino que también la asimilación de los nutrientes, ya que el sistema digestivo requiere menos energía y el organismo puede centrarse en otras funciones como reparar células o depurar el cuerpo, y como consecuencia perder peso o mantenernos en el nuestro.
Este ahorro de energía también repercute en el estado de ánimo ya que nos sentiremos menos pesados y cansados después de las comidas y tendremos mas energía y vitalidad. La combinación de alimentos también es una buena herramienta para no perder el control de lo que comemos o no comer más de la cuenta en esos días de celebraciones que se avecinan. Estamos entrando en la traca de bodas, comuniones, bautizos, verbenas y paellas en la playa, en las que a veces por comer sin consciencia a parte de saber que no le hemos hecho un favor a nuestro cuerpo nos encontramos mal. Combinar también ayuda a disminuir la gigantesca cantidad de comida que aparece sin parar en estos eventos.
La razón de esta teoría se fundamenta en que los distintos grupos de alimentos requieren un tiempo diferente para ser digeridos, tanto en el estomago como en los intestinos. Una mala combinación puede originar fermentación de azucares y putrefacción de proteínas en el estómago, provocando gases, inflamación y otros signos de indigestión. ¿Y esto crees que no influye mentalmente y emocionalmente? Ya te digo yo que si. El sistema digestivo interactúa con el sistema nervioso y el emocional, ya que en él se genera el 80-95% de nuestra serotonina (comúnmente llamada hormona de la felicidad). Seamos felices.
¿Como combinar los alimentos para fabricar bienestar?
- Los líquidos fuera de las comidas. Lo recomendable es beber media hora antes de una comida o una vez terminada la digestión, y mejor que no sean líquidos fríos.
- Comer un solo alimento concentrado a la vez. Un alimento concentrado es aquel que no contiene prácticamente agua. No lo son la fruta madura ni los vegetales sin almidón.
- No mezclar proteínas y almidones como el típico pescadito o pollo al horno con patatas, el salmón a la plancha con arroz salvaje o la paella. Todo es sano pero se ha de saber combinar para que el organismo absorba y aproveche todos los nutrientes sin tener malas digestiones, gases o la barriga hinchada.
- Los vegetales sin almidón se pueden mezclar con todo, a excepción de la fruta que solo se puede mezclar con los vegetales de fruta verde ya que requieren el mismo tiempo de digestión.
- Mezclar almidones diferentes es correcto, pero la mejor opción es mezclarlos con vegetales sin almidón y de hojas verdes.
No mezclar proteínas distintas, a excepción de las proteínas vegetales que si se pueden mezclar, pero las legumbres mejor no mezclarlas entre ellas ni con vegetales con almidón. - Mezclar grasas con proteínas o almidones no es incorrecto pero mejor con moderación. Las grasas combinan con todo menos con las frutas, por lo que si hacemos una ensalada con muchos frutos secos y la aliñamos con mucho aceite no es buena idea ya que tendremos una digestión un tanto pesada.
- La fruta debemos comerla sola o con vegetales de hoja verde, y mejor no hacer de ella macedonia ni consumirla como postre. Si la quieres consumir antes de una comida es mejor una media hora antes, pudiendo ser una muy buena opción si consumes una cantidad moderada. Y si decides mezclarla, mejor no mezclar frutas ácidas con frutas dulces. El melón mejor solo.
- No debemos evitar las grasas, debemos intentar eliminar el azúcar de nuestra vida teniendo en cuenta que este también lo encontramos en todos los hidratos de carbono refinados. Es infinitamente mejor consumir granos enteros.
- Ponle un poco de lo que te siente bien y de lo que te guste más. Bioindibidualidad.
Como dijo Carl Rogers, “Me encanta, hacer brotar las cosas y las plantas, como las ideas y los seres humanos”. ¡Ya verás lo bien que te vas a encontrar!
Bienvenida primavera.
Laura Servós
Psicólogos Barcelona